La Policía busca a un incendiario que calcina vehículos en Labañou

La Policía busca a un incendiario que calcina vehículos en Labañou
Los tres vehículos incendiados ayer sufrieron severos daños patricia g. fraga

Durante la madrugada de ayer ardieron tres coches en la avenida de Labañou, a escasos metros del refugio de Padre Rubinos, y la autoridades tienen motivos para creer que no se trata de un hecho fortuito. En realidad, los investigadores de la Policía Nacional buscan desde hace meses al responsable de una serie de fuegos, todos provocados, que han reducido a esqueletos metálicos calcinados cerca de diez vehículos en el barrio de Labañou en lo que va de año.
El supuesto incendiario no prendió fuego a las cuatro y media de la madrugada de ayer a tres coches, sino solo a uno. Sin embargo, como estaba estacionado en la acera de una vía que cae en una pronunciada pendiente hacia el mar, el derrame del gasóleo hizo que las llamas afectaran al turismo que se encontraba aparcado más abajo, mientras que el viento empujó el calor y las llamas al vehículo situado justo encima de él. Solo la rápida intervención de los bomberos, evitó que los tres coches quedaran igualmente afectados.
 Pero aunque los dos vehículos que resultaron “contagiados” sufrieron daños parciales, el turismo donde se originó el fuego está tan quemado que la Policía Científica todavía no puede decir a ciencia cierta si el fuego se originó en el interior e habitáculo o en el motor, lo que suele dar la primera pista de si el incendio es inten o fruto de una avería.

sospechas
Las autoridades empezaron a sospechar de la existencia de un pirómano a mediados de este año, después de que se repitieran una serie de casos de vehículos estacionados a los que se les prendía fuego a altas horas de la noche. No es extraño que esta clase de fuegos sean intencionados, pero sí que se concentren en una zona concreta de la ciudad; de ahí que se empezara a concretar la idea de un pirómano que había escogido el barrio de Labañou como coto.
Su modus operandi es el habitual cuando se quiere prender fuego a un vehículo: simplemente se rompe el cristal de una de las ventanas y se arroja un acelerante (un líquido inflamable) al interior, antes de prenderle fuego. Las llamas devoran la tapicería como yesca y en casi todos los casos resulta imposible salvar el vehículo, incluso aunque la actuación de los bomberos sea muy rápida. Las autoridades advierten de que se trata de una conducta muy peligrosa porque, aunque no es habitual, es posible que los vehículos exploten.

La Policía busca a un incendiario que calcina vehículos en Labañou

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