Los plenos de noviembre son clave para el futuro político de la ciudad

Los plenos de noviembre son clave para el futuro político de la ciudad
Las reuniones entre José Manuel Dapena y Xulio Ferreiro se redujeron en las últimas semanas quintana

La primera quincena del mes de noviembre se antoja decisiva para el devenir del futuro político de la ciudad con la celebración de dos plenos en los que el Gobierno local presentará, primero las ordenanzas fiscales, y luego el presupuesto del año que viene. En las últimas semanas las negociaciones entre ambas formaciones se han enfriado pero siguen abiertas, aunque esta situación podría cambiar después de estas dos sesiones plenarias.
Pasado mañana la Marea llevará a pleno su propuesta de ordenanzas fiscales y precios públicos, entre las que destaca una subida de alrededor de 50 céntimos al mes en el recibo del agua. Los grupos de la oposición mostraron su rechazo a esta medida, propiciada según el Gobierno local para compensar el incremento en la tasa de la depuradora de Bens.
Como respuesta, el Partido Socialista presentará un voto particular respecto a esta decisión y otro para pedir la bajada del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) en un 5%.
Aunque el PSOE aseguró estar de acuerdo en la mayoría del resto de ordenanzas de la Marea, queda por ver si conceden su apoyo al Ejecutivo en caso de que sus propuestas se topen con el rechazo del equipo liderado por Xulio Ferreiro. En caso de que ninguna ceda, puede darse unja rotura total de las relaciones.
Los socialistas se ausentaron de la junta de gobierno de la semana pasada, en la que la Marea aprobó las ordenanzas, como “muestra de rechazo” a la manera de proceder del equipo de gobierno, que no consensuó con el PSOE los tributos.
La formación encabezada por José Manuel Dapena repitió desde el inicio de las conversaciones con la Marea que antes de avanzar a las ordenanzas o el presupuesto de 2017 los de Ferreiro debían demostrar que los acuerdos que alcanzasen ambas fuerzas se cumplirían. Mientras, el alcalde pedía a la otra parte que se crease un “clima de confianza” para poder continuar, aunque no llegaron a consensuar un punto de unión.
Hace dos semanas el portavoz socialista hizo pública la intención de su partido de entrar en el Gobierno local para dotarlo de estabilidad y corregir la situación de la ciudad, lo que no sentó bien en el seno de la Marea.
Lo que suceda en el pleno de pasado mañana tiene muchas posibilidades de ser lo que se repita a mediados de mes en la sesión en la que el Gobierno municipal llevará el presupuesto del próximo año y a la que, en el peor de los casos, la relación entre Marea y PSOE podría estar ya totalmente rota.

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