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viernes | 19 abril | 2024
El chabolismo ha sido siempre uno de los problemas más controvertidos de la Concejalía de Servicios Sociales, sin importar el partido que esté en el poder. El Plan Especial de Penamoa, que comenzó hace seis años, dejó 26 familias dependientes del Ayuntamiento y sin una ruta clara hacia la reinserción y en enero del año pasado, el gobierno local traspasó la gestión del plan de Secretariado Gitano a la Obra Social de Abanca. El objetivo era conseguir de que “al menos ocho familias” que ahora viven de alquiler en una vivienda privada consiguieran acceder a una vivienda de titularidad pública en su primer año, una meta que quedó lejos de cumplirse.
El poblado desapareció hace casi tres años y desde entonces, las 26 familias que participan en el plan siguen viviendo en pisos de alquiler que pagan las arcas municipales. La Obra Social Abanca gestiona 330.000 euros para conseguir la inserción social del colectivo, de los que 141.000 se destinan a pagar las viviendas, luego el pago de suministros y el resto se dedica a gastos propios, según fuentes del BNG. Los grupos de la oposición denunciaban hacía un año que se había reducido el número de trabajadores sociales encargadas del chabolismo, de 5 a 3 en el nuevo convenio.
Servicios Sociales paga directamente diversas iniciativas, la mayor parte de las cuales ha llevado a cabo a través de terceros. La ONG Accem, por ejemplo, recibió 5.900 euros por dar cursos de iniciación a búsqueda de trabajo de 20 horas por 2.400 euros (100 euros la hora). O Amartya Servicios SL, que normalmente gestiona actividades infantiles, deportivas y de tiempo libre, fue el encargado de impartir “un taller de mantenimiento y cuidado de la vivienda” por algo más de 2.000 euros.
La estrategia o lo que algunos consideran falta de ella, ha suscitado críticas entre el colectivo gitano y los que trabajan con ellos. “Con la gente no puedes estar teorizando sobre cómo encontrar trabajo. Estamos hablando de gente adulta y tienes que estar trabajando codo a codo con ellos”, señalan, al tiempo que critican la falta de presencia de los asistentes sociales de Abanca en el poblado de A Pasaxe, que teóricamente también entra dentro de sus competencias en el plan de erradicación del chabolismo.
alquiler es impagados
Actualmente, estas familias (una pequeña parte de las que un día vivieron en Penamoa) viven en pisos de titularidad privada. Se supone que deben pagar un alquiler, pero en muchos casos no lo pagan, aunque reciben ayudas municipales, simplemente porque no pueden (la mayor parte vive a base de ayudas sociales), de manera que una gran cantidad del dinero que recibe la Obra Social va íntegramente al pago de alquileres.
De hecho, el pasado año juntaron alrededor de 3.000 euros para abonar el alquiler, lo que significa una media de nueve euros por mes, en pisos que tienen de alquiler por término medio unos 500 euros. “No hay seguimiento, ni hay nada”, protestan estas mismas fuentes.
Es más, los exchabolista aseguran que han recibido fondos públicos para realizar arreglos que se han convertido en verdaderas reformas en algunos casos, con gastos que en algunos casos llegan a los 5.900 euros por solo un piso o en algunos siete. Solo en 2013 se gastaron 25.000 euros en arreglos en viviendas de propiedad privada que realizaron una media docena de constructoras.
Esta política ha sido criticada duramente por el BNG, que lo considera un derroche de fondos públicos, mientras que fuentes cercanas a los propios chabolistas son bastante más rotundos en su examen: “Se han amorcillado y nadie les saca de allí” . Y piden que de una vez por toda se cumpla el convenio, que acuerda “educar a las familias” y “procurar soluciones individualizadas” para una verdadera “Inclusión social e inserción laboral” como la que se debería haber realizado hace seis años, cuando comenzó el plan.
