Un plan para costear el arreglo de los cuatro caminos de acceso a A Coruña

Un plan para costear el arreglo  de los cuatro caminos de acceso a A Coruña
Vista del Camino de Bergantiños en 1930, hoy avenida de Finisterre

El día 1 de febrero de 1721, se acordó arreglar los caminos para facilitar el tránsito y el comercio, en cumplimiento de lo acordado por el regimiento tras la provisión hecha el 17 de diciembre del año anterior por Rodrigo Caballero, intendente general del Reino y corregidor de A Coruña. 

Así, teniendo en cuenta la importancia de las actuaciones, se solicitó colaboración ciudadana “a la ejecución de lo que tanto beneficia al común y real servicio”, pues la situación de las vías no sólo había causado grandes gastos en los transportes de artillería y su tren, sino pérdidas a muchos paisanos, por los rodeos, la estrechez de las vías, peñascos en sus medianías y los pantanos existentes en algunos puntos, en tanto las aguas corrientes carecían de salida.

 Según se recoge en la documentación de la época, “esta provincia comprende cuatro principales caminos que sirven para su comercio y abasto”, apuntando a el de El Pasaje, el de El Pedrido, que va a Mondoñedo y Asturias; el Puente del Burgo, el de Santiago y el de Bergantiños y sus puertos. 

La situación de todos ellos exigía obras inmediatas, unos de ensancharlos y allanar los peñascos que tienen, haciendo el camino más recto, y otros de retirar las aguas y hacer cabradas. Pero para todo esto las feligresías contiguas a cada uno de ellos no tenían posibilidad ni vecinos para hacerlos. Además, “la justicia distribuida debe concurrir por el camino, uso, alivio e interés de todos los naturales de esta provincia y ciudad”.

División
Entonces, se reconocieron los vecindarios en esta ciudad y su provincia de 7.939 personas de todos estados, y se consideró conveniente dividir las feligresías de que se componen en seis partes.

Cada una de ellas contribuirá a la reparación con “dos partes en gente y una en dinero”.  Para la compra pólvora, barrenos, cuñas, marcos y más instrumentos necesarios, pagándose los jornales de oficiales y pedreros. Para el camino del Pasaje, las feligresías por su cercanía fueron las de Camino del Pasaje, Santa María de Oza, Santa Leocadia da Foz, San Martín de Dorneda, San Cosme de Mayanca, San Julián de Serantes, Santa María de Dejo, Santa Comba de Veigue, San Martín de Meiráns, Santa María de Oleiros, San Julián de Suñeiro, San Jorge de Afuera. Para las obras de este camino se necesitaron 408 hombres y 310 reales para jornales de los pedreros.

En la construcción del camino que de El Pedrido se involucraron Mondoñedo, Puentedeume y más puertos hasta Ribadeo y al Principado de Asturias.   

En cuanto al  Camino del Burgo y San Paró de Querendes, Jurisdicción de Cambre, en él participaron los vecinos que componían las feligresías de Santa María de Cambre y coto de Cillobre, San Juan de Pravio y San Julián de Cela, San Pedro de Nos, Santiago del Burgo, Santa María del Temple, San Julián de Almeiras, Santa María de Vigo, San Paró de Brejo, San Vicente del Elviña y San Jorge de Iñás. Las partidas que se aplicaron para esta intervención “suman 417 hombres y 319 reales, salvo hierro”.

El camino de A Coruña a Santiago requirió a los residentes en San Martín de Andreiro, San Lorenzo de Meigigo, San Juan de Ancéis, Santiago de Sigrás, San Esteban de Sueiro, Santa María de Celas, San Silvestre de Veigue, Santiago de Castelo, San Martín de Sésamo, San Salvador de Orro y Santa María de Rutis. En su caso, las partidas importaron 396 hombres y 294 reales de vellón, salvo hiero.

Por su parte, la vía que enlaza la ciudad a Payosaco, por camino real, incluyó a los vecinos de San Cristóbal das Viñas, San Pedro de Visma, Santa María de Pastoriza, San Martín de Suevos, Santa Marina de Lamas, Santiago de Arteijo, San Julián de Barrañán, Armentón, San Bartolomé de Monte Agudo, Santa Eulalia de Chamíns,  San Esteban de Larín. Unas partidas que “importan 596 hombres y 453 reales de vellón salvo hierro”

Por último, para el camino Real de carros, desde Payosaco al valle de Rus,  fueron la feligresía de San Julián dos Cabaleiros. Santa María de Torás, San Martín de Lestón, Santa María de Herboredo, Santiago de Vilano, San Román de Cabo Vilano, Santa Marina de Lemaío, Santa María de Bértoa, San Lorenzo de Berdillo. San Jorge de Artes. Importan 358 hombres y 256 reales de vellón.

Anticipo
La documentación también señala las otras feligresías que debían concurrir con su contingente en dinero, y estas eran el Coto de Estrande, Santa María de Queijas, Jurisdicción de Encrovas, Cerceda, Coto de Dorneda, Culleredo, Ledonio, Coto de Vinceira, Santa María de Rus, Villardo Abad, Coto de Saboreda, Monte Mayor, Coto de Cillobre, Coto de Sofán, Herbecedo, Andana, Razo, Oza, Goianes, Sésamo, Trava, Aldimunde, Sofán, Coiro, Soutullo, Vilela, Maquetiene, Coicela, Rebordelos, Villa de Cayón.  Lendo, Meirama, Soandres, Sorrizo, Coto de Villar de Francos, Coto de Lendoño, Tordoía, Rodís, Andoro, Bardaos, Testeda, Cabaleiros, Carballo, Arcay. 

Las cantidades repartidas de las feligresías referidas que notuvieron que aportar gente alguna por razón de la distancia y serles menos gravoso sumaron 4.380 reales y medio, agregados a los de las las feligresías que concurrieron con los peones para la composición de los caminos, que suman; 6.022 reales y medio......

Asimismo, a la ciudad, cuyo vecindario se componía de 1.615 vecinos de todos los estados, le correspondieron 2.422 reales y medio, que se pudieron satisfacer del producto de las sobras del servicio de tres millones y carnes cuya cantidad agregada daba 8.445 reales, con que podría satisfacerse a los pedreros y oficiales, comprar la pólvora, barrenos, cuñas y más necesario para lo requerido. Esta contribución debía ejecutarse anticipadamente para pagar semanalmente los jornales y las compras de los materiales en virtud de los libramientos.

Un plan para costear el arreglo de los cuatro caminos de acceso a A Coruña

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