Las plagas amenazan a muchos de los tesoros naturales de A Coruña

Las plagas amenazan a muchos de los tesoros naturales de A Coruña
el ideal gallego-2019-07-02-006-af1ff598

La naturaleza es implacable y nada se salva, ni siquiera los árboles y arbustos que forman parte de ella. En verano, las noticias de incendios se llevan toda la atención del público, con sus imágenes de llamas devorándolo todo, pero existe otro tipo de destrucción, más lenta y callada, e igualmente fatal: la de los parásitos que devoran los árboles. El último caso que ha saltado a la actualidad es el de los arbustos de boj del laberinto del monte de San Pedro, pero en A Coruña existen tres especies muy amenazadas que subsisten: los olmos, las palmeras y los castaños.


De hecho, los expertos consultados apuntan a que de esta última especie, no existe ningún ejemplar autóctono en A Coruña desde hace varios años: los ejemplares que cada otoño dejan caer sus castañas en al avenida de Monelos para que cualquiera las recoja son, en realidad, un cruce sin ninguna denominación de origen, un producto de hibridación con especies chinas y japonesas, más resistente a una avispilla, un insecto conocido como la tinta. “Desde la costa a seiscientos metros en el interior ya no existe un ejemplar autóctono de castaño”, aseguran las fuentes consultadas. 


En cambio, los olmos que alberga el jardín de San Carlos son autóctonos y llevan amenazados desde finales del siglo pasado por la grafiosis. Más conocida como la enfermedad holandesa del olmo, es un hongo. Se cree que su origen se encuentra en el este de Asia, donde las especies de olmos son más resistentes y no se ven tan afectadas pero en Galicia, su presencia resultó destructiva. Ahora el jardín de San Carlos se ha convertido en una pequeña reserva de la biosfera, uno de los pocos enclaves del nordeste español donde subsiste esta especie de árboles. “Por el momento resiste”, comenta un ingeniero forestal, con los dedos cruzados. 

Las palmeras 
En cuanto a las palmeras, existen ejemplares muy importantes en los jardines de Méndez Núñez amenazados por un escarabajo, el picudo rojo. Al igual que el boj, la palmera es una especie foránea, pero lleva tanto tiempo aquí que los coruñeses le han hecho un hueco en sus zonas verdes así como en sus corazones. El anterior Gobierno local preparó un plan de choque contra el picudo rojo, instalando detectores y rociando con insecticidas las palmeras, y por el momento solo se han dado un par de casos aislados en A Coruña.


Más oscuro resulta el futuro del boj. Los expertos consultados apuntan a que, en unos años, esta especie tan representativa de los pazos podría desaparecer o quedar reducida a su mínima expresión por efecto del hongo.

Las plagas amenazan a muchos de los tesoros naturales de A Coruña

Te puede interesar