11º-16º
lunes | 6 mayo | 2024
La artista Mily Galán participará en la Feria de Lyon con seis obras donde se podrá apreciar un estilo propio, que sale de una forma de trabajar con la espátula distinta a la de todos. Cuenta la pintora que Francia será una puerta abierta para que los cerca de 20.000 visitantes, que se suelen pasar por la cita, vean sus piezas, entre las que está la figuración a través de una niña “rendida del trabajo” y sus bodegones. A las naturalezas muertas, Mily les inyecta personalidad y el resultado es que sus óleos cuelgan en la pared con la apariencia de ser pasteles.
La pintora explica que la suavidad de las tonalidades que emplea dan ese efecto y es por eso que el curioso se tiene que acercar mucho al lienzo para descubrir la verdad. Como nadie es profeta en su tierra, una galería catalana Le petit atelier es la encargada de colocar los cuadros en el evento junto a los de otros cien expositores. Será del 10 al 12 de abril cuando las creaciones de Galán se paseen por la segunda ciudad cultural de Europa.
Sin embargo, no será la primera vez que viajen. Es más, la coruñesa es más conocida fuera que dentro después de que, gracias a una muestra realizada en el Hostal de los Reyes Católicos, el galerista barcelonés se fijara en su forma de hacer. Esto le hizo transportar sus pinturas de París a Londres. Para alcanzar el continente asiático en una trayectoria que no se detiene y sigue sumando conquistas.
En este punto, Mily comenta que, como le ocurre a la mayoría de los artistas, ella va deshaciendo lo hecho y sus composiciones se liberan de ropa con el tiempo. Se va hasta la esencia y aunque lo abstracto le parece lejano, cada vez prescinde de tanto detalle. A pesar de que su obra utiliza a menudo pasaporte, Galán exponía en 2013 parte de su colección en la galería Xerión.
Esta muestra supuso una parada en el camino tras 20 años itinerando sin pasar por casa. En aquel reencuentro, la profesional hablaba de que le trataba de sacar punta a todo lo que le hacía sentir.
Y es que sus bodegones de raza diferente y sus obras sobre niños encierran un valor cromático que invita al relax. De todos los recuerdos, Mily rescata uno cuando una madre no pudo contener la emoción al ver a su criatura sobre la tela.
Eso y la proyección de su estilo al resto del mundo viajan con ella allá por donde va. En Lyon, Galán dará un pasito más. Para alimentar a las visitas con un método diferente que no desvela, pero que tiene que ver con darle una vuelta de tuerca a la espátula para pintar.
Sus ganas de experimentar le llevaron también en 2010 al Louvre, donde participó en una feria impresionista en la galería de tiendas del museo parisino. Desde la primera vez que expuso en la desaparecida Estación Marítima hasta hoy, Galán hace memoria y no recuerda ningún momento en el que no tuviera un pincel en la mano. Solo lo dejó cuando fue madre.
Desde entonces, sus pinturas son apreciadas por el ojo ajeno: “Dicen los que han analizado mi trabajo que mis cuadros desprenden mucha personalidad y que destacan por su sentido cromático”. Ella solo pinta lo que le inspira en cada momento. En cada lugar. Se detiene a retratar a los locos bajitos porque le transmiten paz y se recrea en paisajes. Para refugiarse en interiores y guardar el secreto de su espátula bajo llave.
