Reportaje | Cuatro Tenreiros y un mismo gen para la impronta

Reportaje | Cuatro Tenreiros y  un mismo gen para la impronta
Esta pieza la pintó Jaime Tenreiro cuando solo tenía 16 años

La pintó cuando tenía 16 años. Era un amor de juventud y Jaime la sentó en una silla, desnuda. Corría el año 1972 y en su rúbrica, uno palpa su adolescencia. Está en las letras y también en el pincel, que después se estiraría. Aquí es energía concentrada. Mujer. Al lado, se ve un paisaje posterior en un recorrido por su obra que desgraciadamente terminó en julio. Es el tercero de los cuatro Tenreiros que Artbys pondrá el jueves a desfilar como una saga de arquitectos “pintores” y de escultores “arquitectos”. La encabeza Tenreiro Rodríguez como el creador del rascacielos más alto de España en su momento: la sede del Banco Pastor que levantó en 1925. 
Él se confirmará referente en un espacio donde se verán algunos planos porque los principales están cedidos al Colexio Oficinal de Arquitectos de Galicia, junto a un bodegón inédito que hizo cuando tenía 20 años: “Le gustaba el arte, pero triunfó en la arquitectura”, explican desde el local. Precisamente, la muestra coge forma en colaboración con la familia, con Enrique como último de una estirpe, capaz de colocarse en medio del adoquín en el Cantón a tomar el sol, y escultor, amante de la madera policromada. El coruñés traerá un discípulo del árbol de Pondal que él mismo rescató de los Cantones para hacer arte. 
El segundo Antonio, hijo del primero, instalará al curioso en el siglo XX, formando parte de los grandes con un abanico cromático que reaviva una vista sobre la solana. Con Jaime, se irá a la vanguardia. El pintor fallecido recientemente supuso ruptura así que con él la mirada fluirá libre por sus lienzos. Abierta a todo. Para llegar a Enrique y aliarse con lo abstracto. En total, “Una saga: Los Tenreiro, el arte y A Coruña” juntará 30 obras, algunas de ellas se verán por primera vez y todas confirmarán el gen creativo de una familia que dejó belleza a su paso por la ciudad. 
Como es habitual, Artbys realizará una subasta benéfica a favor de la Cocina Económica. El interesado en alguna de las piezas solo tendrá que escribir una cifra en el papel y esperar a que no haya ningún postor que le sume euros. A su vez, los Tenreiro anidarán en el centro de arte hasta el 17 de octubre. Tiempo para recrearse con un Antonio Tenreiro, que hace literatura y poesía de un cuarto de baño. 
Decía el mayor de la saga que sus cuadros eran haikus porque en muy poca parcela recogía la esencia de las cosas. Y eso solo lo puede hacer un genio con las manos. En este caso, cuatro, sobre una misma ciudad. l

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