9º-16º
martes | 23 abril | 2024
El Ministerio Fiscal solicita más de trece años y medio de prisión para un hombre que maltrató y violó a su esposa a lo largo de las cuatro décadas en las que estuvieron casados. Señala el escrito de acusación que, desde el inicio de la convivencia matrimonial hasta el cese de la misma, en marzo de 2010, el procesado mostró un “absoluto desprecio a la integridad física y moral de su esposa y a fin de imponer un clima de terror, le propinaba múltiples golpes, zarandeándola, agarrándola por los brazos, arañándola y empujándola”.
No satisfecho con el maltrato físico, el acusado también la insultaba constantemente y le decía de manera reiterada que la iba a matar y que iba a “prender fuego a la casa”. El escrito del fiscal también relata las constantes agresiones sexuales de las que la víctima era objeto, cuando su entonces marido le colocaba los genitales delante de la cara y la forzaba a mantener relaciones en contra de su voluntad, llegando, incluso, a hacerle daño.
La primera de las agresiones de las que se tiene constancia, se remonta a una noche de 1975, cuando el procesado mordió a su esposa en el brazo. Unos años después, en 1983, cogió un machete y acercó el filo del arma a su esposa, en presencia de su hijo menor, con el que minutos antes había discutido.
Amenazó reiteradas veces a la víctima diciéndole que la iba a matar y que iba a prender fuego a la casa
Final de la convivencia > Los principales actos punitivos que se recogen en el escrito de Fiscalía, se remiten al último mes de convivencia de la pareja. A principios de marzo de 2010, el encausado abordó a su mujer en el pasillo del domicilio conyugal y la tiró con fuerza al suelo para violarla posteriormente.
Tan solo unos días después y conociendo, probablemente, la intención de la víctima de abandonarle, cogió una silla y para amedrentarla, la alzó contra la mujer al tiempo que decía: “Antes de marchar eu desta casa, heiche botar a ti para o cementerio”.
Alejamiento > Desde abril de ese mismo año, se acordaron medidas cautelares y prohibir al procesado que se aproximase a menos de 300 metros de su pareja y de su domicilio, así como comunicarse con ella durante la tramitación del procedimiento.
Aunque no consta que la víctima recibiera asistencia médica a raíz de las agresiones, el fiscal se basa en los testimonios recabados para solicitar una condena de diez años de prisión por el delito de agresión sexual, otros tres años por un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar y nueve meses por un delito de amenazas.
Además, en concepto de responsabilidad civil, solicita por parte del acusado el pago de una indemnización de 10.000 euros por los todos los perjuicios causados a su esposa.
