11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
El número de monedas que recibía dependía, según contó a sus padres una niña de cinco años en septiembre de 2011, de las cosas que se hubiese dejado hacer a manos de un conocido con quien pasaba algunas tardes. El número de años que el hombre permanecerá entre rejas dependerá de lo que se escuche en el juicio que la sección segunda de la Audiencia Provincial celebrará en las próximas semanas, y que enfrentará al acusado a delitos de abuso sexual continuado con acceso carnal y provocación sexual.
La Fiscalía detalla
que le ponía vídeos porno para que aprendiera de ellos
Por de pronto, el hombre se encuentra recluido de forma provisional y se enfrenta a peticiones de pena que alcanzan los 13 años de prisión, ocho más de alejamiento y el pago de indemnizaciones que la familia –a la que representa el abogado Manuel Ferreiro– fija en 60.000 euros para compensar tanto la ansiedad actual de la menor como la que pueda sufrir en el futuro, “cuando adquiera un grado suficiente de madurez”.
La menor se confesó con sus padres por las molestias que sufría en los genitales
Fue la pequeña, tal como queda recogido en los escritos de acusación, quien confesó a sus padres y a su antigua casera lo que el nuevo inquilino de esta le hacía y le obligaba a hacer cuando se quedaban a solas en la habitación de él, en aquellos días que ella pasaba en el piso de Eirís donde había residido al cargo de la propietaria, con la que la familia había trabado amistad. Consta en el escrito de la Fiscalía que lo hizo a causa de las crecientes molestias y rojeces que sufría en la zona genital a causa de los tocamientos y los múltiples actos sexuales a los que su conocido la sometía, usando las manos, la lengua y, en ocasiones, también una brocha de afeitar.
a ver la televisión
La niña y el adulto se conocieron, según informan Fiscalía y acusación particular, en mayo de 2011, cuando el hombre alquiló una habitación en el piso donde los padres habían residido años atrás. Mantenían buena relación de la casera, así que la pequeña pasaba en aquella casa algunos fines de semana y parte de las vacaciones. Así fue como comenzó a relacionarse con el procesado, que la invitaba a ver la televisión en su cuarto o, en ocasiones, la llevaba al parque.
Según concluyen las acusaciones, fue en esas visitas a su habitación que el hombre comenzó a desnudar a la menor, someterla a tocamientos y a incluirla en sus prácticas sexuales. En ellas, y siempre según esta parte, el encausado llegó a mostrarle películas pornográficas mientras mantenía con la pequeña actitudes sexuales, cree el fiscal que con la finalidad de que viese cómo se realizaban.
Tras destapar los hechos, la niña expuso que la última vez que el hombre la tocó le hizo daño en la zona vaginal; a cambio, ese día le entregó “muchas monedas como premio”.
