Las picaduras de escarapote se disparan en lo que va de verano

Las picaduras de escarapote se disparan en lo que va de verano
La playa del Orzán es uno de los territorios preferidos por la faneca brava en A COruña | quintana

Uno de los incidentes más desagradables que puede sufrir un bañista en A Coruña es la picadura de un escarapote, la temida faneca brava, ese pez a la que la naturaleza ha dotado de una espina venenosa que no duda en clavar en el pie de cualquier persona que tenga la mala suerte de pisar la arena bajo la que se ha enterrado. Los peces pican, aunque no como le gustaría a los pescadores: se han registrado más de 70 casos en lo que va de temporada, lo que supone un incremento importante con respecto a otros años, como 2015, cuando a esta alturas solo se habían contabilizado 36. Y la mayor parte, se dan en el Orzán.
“Les encanta la arena que hay allí”, comenta un socorrista. Aunque en toda la bahía del Orzán, las playas recibieron una aportación de áridos hace unos años, la arena no es la misma en todos los puntos. “Por ejemplo, Riazor no les gusta”, señalan las mismas fuentes. Allí, en la playa más tranquila de la bahía, menos batida por las olas y protegidas por los escollos, la arena de cantera es fácil de notar bajo los pies o, en el caso del escarapote, bajo las aletas, y ellos prefieren con mucho que sea fina, más fácil de remover para esconderse.
Un 15% más
Por eso han escogido el Orzán como su refugio predilecto o, a decir de sus víctimas ,su territorio de caza. “No es que no haya casos en San Amaro u Oza, pero hay más en el Orzán”, añaden. Quizá porque sea más grande, o por las corrientes que la dominan, el caso es que allí se registran un 15% más de ataques de este molesto pez araña.
Sin embargo, los especialistas se cuidan en señalar que no es el animal el que nos ataca, sino que son los bañistas los que le pisan inadvertidamente, clavándose los radios de su aleta dorsal, que inyectan la sustancia que produce el dolor y la inflamación de la zona. En función del tamaño del ejemplar, si es adulto o no, o si se hincan uno, dos o tres de los radios, la picadura será más o menos dolorosa.
De todos modos, el veneno no es demasiado tóxico, incluso suponiendo que la persona sea alérgica a él, y los socorristas están muy acostumbrados a tratarlos en su puesto: “Antes arrancábamos con unas pinzas la púa, pero ahora no hacemos eso”. El método actual es mucho más indoloro: simplemente se sumerge el pie afectado en agua caliente, hasta que el pincho se afloja y se cae. “Un poco de amoníaco, y ya está”, añaden.
Pero, por mucho que digan los expertos, los bañistas que han pisado encima de un escarapote acechante saben bien que su picadura puede arruinar cualquier día de playa l

Las picaduras de escarapote se disparan en lo que va de verano

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