El pescador rescatado en el naufragio del “Nuevo Sara” recibe el alta médica

El templo de San Julián de Serantes, en Mera, celebró ayer el funeral en memoria de O.G., el pescador de 46 años fallecido el día anterior al naufragar frente a la isla de A Marola cuando estaba faenando. Su hermano, P.G, de 39 años, que estaba a bordo con él en el momento del naufragio, fue dado de alta en el Hospital, donde había ingresado con una hipotermia grave, a tiempo para acudir a la ceremonia.
Al funeral acudieron muchos pescadores, no solo de la de Cofradía de Mera, a la que pertenecía el finado, sino también de otras cofradías de la zona. Uno de ellos, Manuel Cao, patrón mayor de A Coruña, comentó que había visto a uno de los dos hermanos, el superviviente, a las once de la mañana del lunes, pocas horas antes de que tuviera lugar el siniestro fatal, mientras repostaba en la gasolinera del muelle de Oza. “Cando me enterei quedoume mal corpo e non fun capaz de sair a mar”, comentó Cao,
El patrón mayor de Mera, Guillermo Neira, lamentó lo ocurrido y señaló que la víctima no deja ni mujer e hijos, aunque sí tenía pareja. “É unha desgraza, nin sequera había mal tempo, pero todo foi moi rápido”, comentó, al tiempo que señalaba que la causa más probable de que el pequeño barco de nasas  “Nuevo Sara” volcara fuera que su aparejo se enredara con alguna roca del lecho marino. Es una opinión que coincide con la de fuentes de Salvamento Marítimo, que señalan que no se daban olas capaces de zozobrar el pesquero, de nueve metros y medio de eslora. “Houbo vento a primeira hora de mañá, pero o mar estaba calmo”, apuntó Neira.

rápido hundimiento
Ya eran las 14.12 horas cuando el pesquero “Carlis” comunicó al  centro de Oleiros que el barco con base en Mera había volcado.  El aviso se pasó a la central del 112 que a su vez alertó a Salvamento Marítimo y al 061. Desde Salvamento Marítimo señalan que se hizo todo lo posible y que la Salvamar “Mirfak” acudió rápidamente cuando se dio el primer aviso, pero en  vano: todo ocurrió demasiado rápido.
Pero los primeros en llegar no fueron los servicios de emergencia, sino los tripulantes de “Solla”, un pesquero aún más pequeño (siete metros) con base en Corme, que había estado faenando a escasos metros del “Nuevo Sara” pero que lo había perdido de vista desde hacía un rato, ocupados con los aparejos, cuando su patrón, José Tajes, descubrió que había desaparecido y que donde estaba el barco solo había una pequeña nube de humo.
Pusieron rumbo al lugar a toda máquina a tiempo para descubrir al más joven de los dos hermanos, P.G., aún vivo, y debatiéndose ya sin fuerzas en las aguas heladas. Lo sacaron a tiempo pero, en cuanto a su hermano, este se encontraba ya flotando inerte en el agua, de manera que solo pudieron salvar su cadáver.
Ni siquiera los efectivos de la Salvamar “Mirfark” pudieron hacer nada por reanimarlo y solo se pudo certificar su fallecimiento. Ayer por la mañana su cuerpo fue incinerado. n