Patrimonio no iniciará los trámites de BIC para los otros “lugrises”

Patrimonio no iniciará los trámites de BIC para los otros “lugrises”
16 agosto 2012 página 13 A Coruña.- El encargado de A Mundiña mantiene vivos los murales de Lugrís del local

En la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta no entra dentro de los planes iniciar los informes técnicos pertinentes para decretar el valor de los murales de Urbano Lugrís de La Estrella y Los Olmos. Más allá de “Vista da Coruña 1669”, que a finales de octubre fue distinguido como Bien de Interés Cultural (BIC), los dos que dencansan en la calle de la Estrella, entre tazas de vino y delicatesen del país, en A Mundiña, y los que repartió en el número 27 de Los Olmos, donde ahora está el restaurante Brasa y vino, seguirán esperando su turno, si bien tienen la etiqueta de “bienes catalogados” por la Xunta y eso les libra del mal, en parte. 
Recuerdan desde la asociación O Mural que esta distinción supone un escudo de protección, no tan sólido como si tuvieran BIC como apellido, pero sí sancionador si a sus dueños se les da por deshacerse de los frescos. Vino a raíz de su inclusión dentro del Pepri coruñés, por eso los de la escuela iglesia de Vilaboa quedaron al margen de la lista. 

Buena voluntad
En este sentido, los de A Mundiña contaron con la buena voluntad de Rafa Varela, el propietario, que no solo los puso en curso sino que les alargó la vida. Aunque una de ellas ya fuera extraída de un anterior tabique, la segunda fue una sorpresa. Junto a los baños, apareció un señor con gorra de marinero caricaturizado a modo de gárgola y encima de un reloj surrealista, con péndulos en forma de chorizos, que terminan en una taza llena de vino y una sardina. Acompañado todo de la frase “Unha cunca de viño e faise o camiño”. Varela se informó de la manera de protegerlas ante los factores adversos y enmarcó la primera, una composición de la ballena mercante sin cristal porque una licenciada en Bellas Artes así lo vio conveniente. 
Para el del retrato surrealista, la experta le aconsejó una restauración, de la que salió a la luz el mensaje con letra. Posteriormente, le colocaron un cristal con una parte de arriba abierta para evitar humedades. Por su parte, la bóveda que pintó en Los Olmos resistió a varias reformas. En la exposición “Paredes Soñadas”, los organizadores hicieron una recreación del mural desde la perspectiva de quien los ve sentado comiendo un chuletón. Los tres, sin embargo, no son tan significativos, según Cultura, como el que brilló en la calle Real y que ahora reside en Los Olmos, en la sede de Abanca, que decidió invertir en su puesta a punto. 
Esta decisión no detendrá a los que llevan años reivindicando la protección de estas piezas lugrisianas. O Mural se reunirá para concretar los pasos a dar con el objetivo de que el conjunto que respira aire coruñés tenga el candado más fuerte. Que impida su muerte y enriquezca la mirada de quién pasa y entra a tomar una y los ve. Mientras, recordarán la magia del genio el 23 de diciembre con actividades. l

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