Pablo Padín | “Las nuevas generaciones se acostumbran a música simple y del momento”

Pablo Padín se enfundará su mítica chaqueta amarilla para ser Freddie Mercury el 28 de octubre en Wembley, que será el Palacio de la Ópera en realidad, cuando él y su banda tocaron por última vez. Dios Salve a la Reina (God save the queen) vuelven para perpetuar más si cabe la huella de un grande “que sigue vigente 40 años después”. Crece “entre nosotros”, dice el cantante”, y por eso, el tributo pondrá en juego “lo que la gente más nos pide”, bajo una estructura “perfecta”, la del 86, y dentro de un show, donde se toman algunas licencias. 
Añaden cuatro temas y actualizan la obra maestra al 2018. Según Padín, en aquel directo “Mercury era consciente de que iba a ser su última gira y así lo vivió. Es energía pura”. Por esta razón, el espectáculo exige. La formación, que cumple 20 años desde que saltaron a la carretera en 1998, saldrá al escenario con estética ochentera, como una especie de flashback de lo que acontenció hace 30 años para hacer sonar “Rapsodia Bohemia”, un himno que suena en “megaestadios y teatros pequeños. El resultado es el mismo. Pura magia”. 
En España, A Coruña “es de los lugares donde disfrutamos más”. En los últimos tiempos, aseguran haber conquistado Japón, “una experiencia única” y, en general, Sudamérica y el propio país vibran más con los hits de Queen. Tanto o más lo hacen en territorio nipón.
Porque ser Freddie Mercury “no es fácil”, Padín comenta que la segunda mitad del año está siendo muy intensa y que aún así, tratan de guardar reservas para seguir llevando su legado. 
Del fenómeno “revival”, Pablo cree que se debe a que “las nuevas generaciones se acostumbran a música más descartable, simple y del momento, por eso las grandes bandas, con melodías únicas perduran. Esto hace que los jóvenes adopten a estas como nuevas en un momento donde rescatar repertorios pasados “nunca ha funcionado como ahora”. 
Anuncia que habrá nuevos vestuarios para acompañar a la voz, “una estrella, un showman nato, alguien capaz de ser centro de atención ante decenas de miles de personas con un solo movimiento de su mano”. La de Padín es una difícil papeleta.
Además de engordar la leyenda del músico, Dios Salve a la Reina fueron elegidos para promocionar el estreno mundial por Latinoamérica de la película “Bohemian Rhapsody”, “un honor. Nos pone muy contentos que piensen en nosotros y que Queen haya pedido eso, en algún lugar, nos legitima y nos da más fuerzas para seguir”. De hecho, los productores de la 20th Century Fox les invitaron al pase privado del filme, “un gran privilegio”, pero no pudieron asistir. Tampoco a la premiere en Londres porque estaban cantando “Somebody to love”. El grupo tributo de Queen tiene por delante la misión de revivir un directo único, el del 86. l