9º-16º
martes | 23 abril | 2024
El presidente de la Unidade Provincial de Parapléxicos, José María Méndez López, está indignado: un individuo llama a las puertas de las viviendas de Os Castros y la avenida del General Sanjurjo pidiendo donativos para su asociación o para otra “de personas con diversidad funcional”. Lo peor es que no es una historia nueva. Según Méndez, se trata del mismo individuo que ya denunciaron en junio del año pasado. Lo identifican porque le falta un ojo circunstancia de la que se aprovecha. Méndez ha pedido a la asociación del barrio que ponga en alerta a los vecinos de la zona y que les aconseje precaución. Una vecina que lo descubrió y trató de detenerlo le propinó un empujón.
La víctima, Mariló Prado, sufre una grave anemia y tiene un brazo roto pero aún así quiso retener al presunto timador porque era ya la tercera vez que llamaba a su puerta. “La primera vez me fié de él y le dí 20 euros para que fuera abajo, a la calle, a cambiarlos, para que se quedara con 10. Y, claro, hasta el día de hoy”. En la segunda ocasión, meses atrás, fue el marido de Prado el que abrió la puerta y se negó a hacerle una donación en base a esta mala experiencia. Cuando se lo estaba contando, Prado le descubrió en la puerta, así que se marchó. Y en la última, el 14 del mes pasado, fue cuando recibió la agresión. “Tú no te vas de aquí hasta que venga la Policía”, le dijo Prado, mientras le agarraba. La respuesta fue un empujón que la lanzó contra la barandilla de la escaleras de su casa y una rápida fuga.
Para Méndez, el episodio demuestra que se ha vuelto peligroso. La víctima lo denunció ante las autoridades, y la Policía Nacional y Local están alertadas, pero es poco probable que se le pueda detener por agresión habida cuenta de que no hay pruebas ni testigos, y de que fue Prado la que se abalnzó primero al supuesto timador.
alerta vecinal
Es por eso que el presidente del a Unidade Provincial de Parapléxicos ha pedido a la asociación del barrio que alerte a los vecinos, porque considera que la prevención es la mejor manera de impedir que continúe con sus timos. Fuentes Policiales reconocen que es muy difícil detener esta clase de delitos, porque la cantidad que se lleva y la ausencia de violencia permite que entre en la categoría de falta, que no se castiga con el internamiento en la cárcel.
