Orillamar está a la espera de que se reforme de nuevo el pavimento

  Casi al mismo tiempo que se ponían en marcha las obras en General Sanjurjo, el exalcalde Javier Losada daba luz verde a otros dos corredores más: en la avenida de Pablo Picasso y en la calle de Orillamar. En ambos casos, los proyectos sembraron la polémica entre los vecinos. La culpa: la eliminación de plazas de aparcamiento que suponía el dotar estas calles de más espacio para los peatones. Un año después, el modelo sigue sin convencer a todos los residentes de Pablo Picasso, donde aseguran que cada vez es más difícil encontrar un sitio donde aparcar. En el caso de Orillamar, el Ayuntamiento tiene previsto exigir a la constructora encargada de la reforma que repare el pavimento de la vía, que, casi un año después de su estreno, presenta numerosos desperfectos en el firme desde hace meses.

Orillamar está a la espera de que se reforme de nuevo el pavimento

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