El oleaje anega el Paseo Marítimo y corta dos veces la circulación

El oleaje anega el Paseo Marítimo y corta dos veces 
la circulación
El Paseo Marítimo registró varios atascos por el corte de los carriles javier alborés

La pleamar obligó a cortar el Paseo Marítimo en dos ocasiones durante el día de ayer: a las cinco de la madrugada y a las cinco de la tarde. En ambas ocasiones, las olas rebasaron la protección de las dunas de Riazor e invadieron la calzada, obligando a los servicios de emergencia a actuar. En el primer caso, al tratarse de las cinco de la madrugada, no hubo ninguna incidencia en el tráfico. Sin embargo, a las cinco de la tarde, la Policía Local registró embotellamientos, tanto en el Paseo Marítimo como en la avenida de Buenos Aires.

Sin embargo, fue la pleamar de la madruga la que resultó más violenta, según los servicios de emergencia. El dispositivo formado por Bomberos, Protección Civil y Policía Local fue testigo de como las olas arrastraban consigo gran cantidad de arena que quedó depositada tanto encima de la acera como de la calzada, cortando tres carriles, los más cercanos al mar, que van en dirección a Las Esclavas.

No fue hasta que pasó el peligro de la pleamar, a las siete de la mañana, que se pudo empezar con las labores de limpieza, con lo que el tráfico se mantuvo cortado durante toda la mañana. El último carril no se despejó hasta pasadas las 11.30 horas. En cuanto al Paseo Marítimo, no estuvo accesible a los peatones hasta la una, cuando muchos curiosos se acercaron a disfrutar del espectáculo que ofrecía un océano embravecido, con olas de hasta siete metros de alto.

dunas inoperativas
Para entonces, la fuerza combinada del oleaje y el viento, que soplaba en ráfagas de ochenta kilómetros por hora había erosionado por completo las dunas que se levantan en la playa de Riazor para disminuir los efectos de los temporales así que, pasadas las cinco de la tarde, cuando llegó la segunda pleamar, nada impidió a las olas llegar de nueva a la calzada, a la altura del Hotel Riazor, aunque también llegaron a Las Catalinas. El oleaje batió con fuerza en las piedras cerca del local de ocio nocturno Moom 57 y consiguió mover algunas de las rocas.

Mientras, la Policía Local volvía a cortar al circulación. Pasaban apenas unos minutos de las cinco de la tarde cuando se cortaron los carriles que llevaban en dirección a Las Esclavas, obligando a desviar el tráfico en Modesta Goicouría.

En sentido contrario, se desvío el tráfico a la altura del a avenida de Rubine para evitar la zona más peligrosa, la del hotel Riazor. Hasta las seis de la tarde, cuando se reabrió al tráfico, las retenciones fueron continuas en el Paseo Marítimo.

El oleaje anega el Paseo Marítimo y corta dos veces la circulación

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