Las olas de las mareas vivas exceden las previsiones y colapsan el centro

Era la última pleamar de la alerta naranja que ya duraba tres días y resultó ser la más impresionante, sobrepasando incluso las expectativas de los servicios meteorológicos: olas de ocho metros se estrellaron contra la ciudad, tanto contra el dique de abrigo, donde saltaron por encima del espigón y desplazaron varios coches aparcados, como en el Paseo Marítimo, donde obligaron a cortar la calzada durante cuarenta minutos en plena hora punta a la altura de Riazor,, lo que provocó el colapso del centro del la ciudad.

Según explicó Francisco Infante, delegado de al Agencia Española de Meteorología (Aemet), la causa de que la alerta excediera las expectativas fue la conjunción de dos factores: unas mareas vivas “con unos coeficientes altísimos” y el mar de fondo. Esto bastó para que, incluso sin viento, el océano invadiera la ciudad durante un buen rato.

Más cerca de la roja

Naturalmente, los pronósticos estaban al tanto de estos factores, pero erraron al calcular su impacto en el litoral de la ciudad. “No es una ciencia exacta –explicó Infante– pero es verdad que se trata de una alerta naranja más próxima a la roja que a la amarilla”.

Ya el lunes, las olas habían conseguido superar el obstáculo de la duna de Riazor para arrastrar dos bancos del Paseo Marítimo y se retiraron para dejar atrás gran cantidad de arena, algo que repitieron el martes y, por supuesto ayer, lo que obligó a actuar al servicio de limpieza de Cespa para retirar los áridos.

En cambio, en el puerto deportivo, el paso de las olas por encima del dique de abrigo no obligó a los operarios a intervenir, aunque el espigón tuvo que ser cerrado al paso peatonal hasta que finalizó la pleamar.