Los okupas de Palavea cortan la calle tras recibir una orden de desalojo

Fue una mañana de tensión la que se vivió ayer frente a la casa okupa de Palavea después de que las autoridades acudieran a presentar el documento que certifica que ha expirado el plazo legal para un desalojo voluntario del antiguo internado de Santa Gema, que lleva en su poder tres años. A partir del mediodía de ayer, el juez puede autorizar la orden de lanzamiento cuando lo considera oportuno, lo que implicaría la expulsión por la fuerza del inmueble. En protesta, el colectivo okupa cortó dos veces la carretera de Vilaboa (N-550).
En respuesta, acudieron efectivos de la Guardia Civil, así como los antidisturbios de la Policía Nacional, con lo que el grupo antisistema temió por un momento que el desalojo por la fuerza se llevara a cabo inmediatamente. Pero las fuerzas de seguridad solo estaban interesadas en despejar la carretera, que soporta un tráfico muy intenso a diario. A pesar de todo, una conductora apoyó haciendo sonar su bocina la protesta de los okupas, que volvieron a cortar la carretera enarbolando su pancarta en la que se podía leer “Contra o desaloxo do CSO Palavea”.
Es así como el colectivo denomina al antiguo internado de Santa Gema: Centro Social Okupado (CSO) de Palavea, Algunos de ellos llegaron a subirse al tejado para ondear más banderas negras, en las que se podía ver el símbolo anarquista o incluso el pirata. No fueron lo único que exhibieron: algunos de ellos se bajaron los pantalones. Sin embargo, y a pesar del desafío que implicaba el gesto, la Policía no llegó a desalojarlos, aunque un furgón de antidisturbios permaneció destacado allí en previsión  de que los casi 70 jóvenes congregados decidieran volver a cortar la carretera.

concentración anulada
Pese a la calma que reinó durante la tarde, Hector Tejón, portavoz de la plataforma coruñesa de Stop Desahucios, expresó su temor a que le desalojo fuera “inminente”. “De feito, tiñamos pensado celebrar unha concentración en protesta no Obelisco, e a desconvocamos”.
Aún así, temen que los antidisturbios los expulsen esta misma semana del “CSO Palavea”.  El antiguo internado de Santa Gema, antes conocido como el Colegio de las Oblatas, permaneció abandonado durante años   pero en 2011 un empresario de Sada la compró a Novagaliciabanco por un millón y medio de euros con el objetivo de convertirlo en un geriátrico privado. El inmueble había ido a parar a manos de la antigua Caixa Galicia después de que se lo expropiara al exjugador del Celta Valery Karpin, que lo había adquirido por más de siete millones de euros.