Las obras en el entorno de San Agustín hacen temer un desplome en las ventas

Las obras en el entorno de San Agustín hacen temer un desplome en las ventas
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De nada sirven los anuncios del Ayuntamiento de que se licita una u otra fase del proyecto de rehabilitación del mercado de San Agustín; los comerciantes temen al presente y, sobre todo, al futuro. Aseguran que a estas incómodas obras y a la falta de aparcamiento, que han hecho desistir de comprar allí a decenas de personas, se sumarán “los arreglos en varias calles” del entorno mermando aún más la clientela y, en consecuencia, sus ingresos. La asociación que agrupa a los empresarios llega a plantear que los planes municipales restarán ganancias prácticamente hasta que rematen las concesiones entre 2020 y 2022.  
“No se está haciendo una rehabilitación integral del mercado; a nivel global hay mucho desconcierto sobre lo que va a cambiar en la segunda fase que se anunció estos días”, lamenta la presidenta de la Asociación de Comerciantes de San Agustín, Ángela Barrán. En este sentido alude al problema económico que les está causando la política de encadenar obras, algo que refrendan algunos clientes que se encuentran en el mercado y que dicen visitarlo menos.
Para Barrán y sus compañeros la reforma interior no es la única que está detrás de la hecatombe en sus casas registradoras. “Ya llevamos ocho años y medio en obras entre las del exterior y las de la plaza y aquí se van a reformar las calles aunque no sabemos si dentro de un mes, de dos o de un año”, justifica.

“cuatro o cinco años más”
La representante explica que mantuvo una reunión en la Concejalía de Tráfico para conocer las afecciones del Plan de Movilidad a los alrededores de las instalaciones y estas serán importantes. “Vamos a estar otros cuatro o cinco años igual pero podríamos haber estado solo dos o tres”, critica. Según aclara algunos llegaron “a proponer que el mercado se moviera a otro sitio y que se hiciera todo al mismo tiempo en vez de por fases”.
Ese sistema fue el que se utilizó cuando se afrontó la reforma integral de la plaza de Lugo hace ya unos años pero el Gobierno local descartó esa posibilidad. Creen que fue así por falta de presupuesto para finiquitar todas las modificaciones urbanas y del edificio al mismo tiempo.
Sostiene que esta negativa va a seguir dañando los intereses económicos de los concesionarios de los puestos. “Las obras de los salva escaleras en las entradas laterales tenían que estar recepcionadas en junio; estamos en septiembre y aún están empezando”, lamenta, y explica que esto provoca desinterés en el consumidor que no quiere complicarse la vida para ir a hacer la compra.
Además recuerda que la puesta en marcha de los ascensores tampoco está rematada. Y ahora se avecinan más reformas al tiempo que ellos prosiguen con su actividad. “El que supere los próximos años superó la crisis de las crisis pero el problema es la gente que se va a ir por el camino”, advierte.
De hecho deja entrever el enfado de los placeros por unas actuaciones que les perjudicarán económicamente cuando están prácticamente al final de las concesiones. “El 80% tenemos que renovar por los últimos cinco años en 2015 y entre 2020 y 2022 se acaban las concesiones”, concreta Barrán.

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