“La obra es una pócima mágica magistralmente escrita y dirigida por Juanma Pina”

Miriam Díaz-Aroca es una peluquera resolvedora de enigmas en Malasaña, que es donde tiene lugar la acción. Y es que entre rulos y permanentes, la vida se destilará a golpe de gags y situaciones, en las que la profesional de las tijeras y su ayudante se enfrentarán a dos supuestos secuestradores. La actriz invita a escapar del sol y de la playa para meterse en el teatro Colón, donde dispararán comicidad desde hoy a las 20.30 horas a través de “Lavar, marcar y enterrar”, que, para la intérprete, “es una pócima mágica magistralmente escrita y dirigida por Juanma Pina”. Se trata de un nuevo concepto, que “juega con el flash back y del presente vuelves al pasado, pero sin negros ni música de transición”.
Además, los tintes cómicos se alían con el thriller que “es atractivo a la par que atracativo”, dice la santanderina. En este sentido, se siente muy feliz de ser Gabi, porque “es una superviviente que trabaja desde joven. La peluquería es su vida y los fantasmas le cotejan de todas las almas malignas”. Después están los secuestradores, que “intentan buscar el sentido a sus vidas y decicen robar”. Son “muchas experiencias emocionales. La obra pone a la vida en bandeja con sus emociones y miserias, con sus miedos”.
La que pisará las tablas con Juan Caballero, Rebeca Plaza y Mario Alberto Díez asegura que “el público está dentro de la obra desde el primer momento porque muchas sentencias las recibe como propias”. Así es como la pieza teatral surte el mismo efecto que cuando uno acude a la peluquería a la que “te vas a cortar las puntas y te cortas lo que no te vale. Si te das cuenta cuando algo no funciona, vas a la peluquería”. En este caso, su Gabriela flotó ya en demasiadas tormentas: “ve más allá de las apariencias”. Ella se encargará de tratar de buscar para los otros un cauce, ponerles un nuevo tinte en un local con un sótano que se abrirá hasta en cinco ocasiones y una traca final que ninguna butaca se espera.