El número de vendedores sin licencia se dispara en A Sardiñeira

El número de vendedores sin licencia se dispara en A Sardiñeira
El mercadillo de A Sardiñeira recibió ayer una gran afluencia de público | javier alborés

El mercadillo de A Sardiñeira se abrió ayer como cada martes y cerca de 160 vendedores expusieron su mercancía a los visitantes. Lo malo es que no son los únicos: denuncian que desde hace unos meses se ha registrado un incremento del número de vendedores ilegales, la mayoría de nacionalidad rumana. Fuentes municipales calculan que una media de 70 de estos infractores merodean por A Sardiñeira cada vez que se celebra un mercadillo, intentando vender su mercancía a pesar de la constante presión de la Policía Local.

“Esto no puede ser. Así no se puede vivir –se lamentaba Ramón Borja, de la asociación Nueva Esperanza y vendedor en el mercadillo– casi hay tantos vendedores legales como ilegales”. Denuncian que ellos tienen que pagar 200 euros como autónomos así como 80 euros más para pagar la licencia del mercadillo, mientras que los rumanos no pagan nada.

Su presencia se incrementó hace seis meses, según las autoridades, a medida que la colonia rumana de la ciudad comenzó a afianzarse en A Sardiñeira. Aunque muchos de los vendedores son mujeres, también hay hombres y adolescentes que tratan de ganarse la vida de este modo.
 

Mercancía de contenedor
La mercancía que exponen sobre sus mantas es básicamente basura, rescatada de contenedores: ropa, zapatos, juguetes, electrodomésticos o bisutería, todo usado, sucio o roto. Sin embargo, los propios vendedores reconocen que el público del mercadillo les compra muchos de estos artículos por calderilla. “Han acostumbrado a las señoras y vienen y se llevan cualquier cosa por nada”, asegura una indignada vendedora.

“En un momento están en una esquina, y cuando aparecen los policías, van a la otra”, así no se puede vivir. Los rumanos, muchos de ellos mujeres, llevan sus mercancías en una tela que extienden en suelo: en cuanto distinguen a un agente municipal, lo recogen inmediatamente. Saben que los policías locales no van a emprender una persecución para darles alcance porque provocaría un alboroto en el mercadillo, e incluso alguien podría ser arrollado por el fugitivo.
Cuando la Policía Local consigue sorprenderles, les confisca los hatillos y la mercancía que contienen y como se trata de basura, se llaman a un camión de la empresa concesionaria de recogida de basura, Cespa para que la retire. Ayer, el camión acudió al mercadillo para retirar tres de estos bultos que habían sido confiscados por los agentes. Sin embargo, eso no disuade a los restantes vendedores ilegales porque la mercancía no les cuesta nada, al recogerla de contenedores.

El número de vendedores sin licencia se dispara en A Sardiñeira

Te puede interesar