El número de turistas que visitó la ciudad se redujo en más de un 10% entre los meses de enero y octubre

La afluencia de turistas ha caído en toda Galicia e, incluso según algunas estadísticas, en el resto del país. No obstante, las cifras de caída están siendo especialmente negativas para A Coruña. El número de pernoctaciones es más o menos igual al del año pasado, pero el cómputo global de visitantes es mucho menor al de 2017 y también más reducido que en otros puntos de la comunidad en este mismo ejercicio. Entre enero y octubre, el número de viajeros que recalaron en el municipio cayó por encima del 10%. Además, pese a que el Gobierno local trata de atraer a extranjeros, lo cierto es que los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que estos prefieren Santiago o Vigo.

A la espera de que se dé a conocer el balance de noviembre, en los diez primeros meses del año pasaron por A Coruña 301.879 turistas frente a los 340.304 contabilizados en 2017. Mientras que el año pasado en los meses de verano (julio y agosto) se sobrepasaron los 40.000 visitantes sin problema, lo cierto es que este año ni se ha llegado a ellos aunque como siempre se detectó la subida de viajeros. El mejor dato se registró en el mes de agosto con 39.479 personas que vinieron a conocer este punto turístico de la geografía española. En este contexto, el balance se precipitó un 10,34% a falta de dos meses.

En su estudio, el INE incluye otras ciudades y municipios gallegos como Santiago, Lugo, Ribadeo, Vigo o Sanxenxo, que pese a ser mucho más pequeño y, quizá, carecer de un mayor patrimonio cultural, consiguió sobrepasar con creces a A Coruña en agosto con 57.578 consumidores. 

Pese a que el Ayuntamiento y el Consorcio de Turismo han revelado su interés por captar más viajeros desde otros países –para no depender tanto del público local–, de momento las estrategias no funcionan si se tienen en cuenta solo los números. 

Más noches en el destino
Entre enero y octubre llegaron 77.364 foráneos, frente a los casi 83.000 del pasado ejercicio. Por contra, tanto en Santiago como en Vigo registraron buenas afluencias dentro del contexto general de bajada de reservas por la regularización de la situación en otros destinos antaño peligrosos. 

Pese a esta situación los hoteles no hacen un balance del todo negativo, como resaltaban hace unas semanas pues al final la ocupación será más o menos la misma. Se debe, sobre todo, a la llegada constante de clientes de negocios pero también a que vienen menos personas pero pasan algunos días más en la zona.