El número de siniestros con bicicletas se duplicó en cuatro años

El número de siniestros con bicicletas se duplicó en cuatro años
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Cada vez más, la bicicleta se está convirtiendo en una opción de transporte y esto se refleja en las estadísticas de siniestralidad que vienen registrando un leve, pero constante, incremento de los accidentes en los que se han visto implicados ciclistas. Según los datos que manejan las autoridades, en 2011 solo se registraron 15 accidentes, pero el año pasado ya fueron más de 30. No solo se trata de colisiones entre coches y bicicletas, sino también atropellos por parte de los ciclistas. Sin embargo, Francisco García de la plataforma Mobi-liza, puntualiza que son casos “muy raros, aunque llaman mucho la atención, porque se trata de criminalizar al ciclista”.
El problema es que, al compartir muchas veces espacio con los peatones, estos sienten que este vehículo, aunque sea mucho más amable que el automóvil, les molesta. “Por eso siempre se magnifica, pero hay que tener en cuenta que cuando tienen lugar un atropello por una bicicleta, las consecuencias siempre son mucho más leves”, añadió García. Por no hablar que el ciclista se  puede lesionar también de forma grave. 
De todos modos, las heridas  que se pueden sufrir circulando a pedales por las calles suelen ser mucho menos graves que las que se pueden registrar en carretera, donde muchos conductores no respetan la distancia de seguridad con la bicicleta, que es de cerca de metro y medio. En el entorno urbano, la mayor parte de los siniestros tienen lugar en cruces y glorietas. Es ahí donde se pone de relieve que automóviles y bicicletas no saben convivir. 

conciencia 
“Ninguna de las dos partes son conscientes de cómo debe ser la circulación. No hay una conciencia”, denuncia García. Dado que en A Coruña no hay suficientes vías de uso exclusivo para la bicicleta, están condenados a entenderse, pero eso solo se puede conseguir con formación. “Por ejemplo, los ciclistas suelen ir pegados a la derecha, y los conductores no suelen mirar cuando giran. Por eso en un cruce les atropellan”. Mucho más peligrosas son las rotondas, porque es sabido que pocos conductores tienen claro las normas que rigen dentro de ellas. Así que los ciclistas simplemente las evitan.  
En su día, el presidente del Club Ciclista Riazor, Roberto Rilo, señaló la seguridad vial como la gran asignatura pendiente para este medio de transporte. Muchos no se deciden a subirse al sillín porque tienen miedo de los accidentes de tráfico. y Rilo cree que “toda la ciudadanía debe implicarse para conseguirlo”. Uno de los principales obstáculos es la falta de respeto a las normas de seguridad vial que muestran algunos de los ciclistas, que circulan en dirección contraria, ignoran los semáforos o viajan por las aceras. “El lugar de una bicicleta es el asfalto, y circular por la acera causa incomodidades a los peatones. Lo único que consiguen los ciclistas que no respetan las normas es crispar a los conductores”, había señalado.
 Ambas asociaciones participan en programas municipales que intentan fomentar el uso de la bici en el casco urbano como un método para descongestionar las calles. Mobi-liza organiza una escuela que se enseña a montar en bici a niños y adultos y el Club Ciclista Riazor organiza la actividad “Conoce tu ciudad en bicicleta”.

El número de siniestros con bicicletas se duplicó en cuatro años

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