El nuevo Padre Rubinos opera ya al 100% tras la consagración de la capilla

La nueva sede del Instituto Benéfico Social Padre Rubinos ya puede funcionar al 100% de su capacidad y ocupando todas sus estancias. El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, se encargó ayer de dar el último paso para que las instalaciones se aprovechen al máximo al consagrar la capilla que forma parte del inmueble. Además, los cursos de formación y el grupo de inserción sociolaboral –las últimas incorporaciones pendientes– han echado a andar estos días.
Primero fueron los niños, más tarde los mayores, en tercer lugar los usuarios del albergue de transeúntes y desde ayer también los fieles tienen su lugar en la nueva sede financiada por la Fundación Amancio Ortega. Los representantes de la institución solidaria acompañados de la delegada de la Xunta en A Coruña, Belén do Campo, y el edil de Servicios  Sociales, Miguel Lorenzo, asistieron al paso previo para poder dar misa en la capilla.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, consagró el altar durante la eucaristía de una misa en la pequeña iglesia, en la que todavía no podía haber homilías. Estas no pueden comenzar antes de que el lugar esté bendecido como se hizo ayer antes de iniciarse los oficios.
Este paso se suma a uno anterior, que se vivió hace unos días con el estreno del itinerario sociolaboral con residencia para 40 personas en la indigencia.
“El grupo de inserción se inicia con los cinco técnicos que seleccionamos tras el proceso de contratación y 20 plazas ocupadas”, afirma el presidente de Padre Rubinos, Eduardo Aceña.
Como se anunció cuando se inauguró la edificación, los expertos se encargarán de “desarrollar itinerarios personalizados para procurar que la gente adquiera conocimientos y desarrolle sus capacidades para la reinserción laboral y social”.

un hogar con normalidad
Al margen de aportarles una formación, a diferencia del resto de usuarios del albergue estos cuentan con habitaciones a mayores que hace las veces de su hogar. Mientras los primeros tienen un límite de días seguidos para quedarse en el edificio, estos cuentan ahora con “un lugar de pertenencia y permanencia que les dé seguridad y autoestima”.
“También está trabajando el centro de día con 77 personas y el centro social de atención continua que, con independencia del grupo, ofrece talleres, formación homologada, pagos de hipoteca...”, comenta Aceña respecto a la residencia.
En todos estos departamentos, que no empezaron al completo en ocupación, el interés ha ido creciendo en los últimos días. “Nos están preguntando mucho por los dos”, asegura el representante, que a nivel general espera más afluencia bien entrado el invierno. n