El nuevo billete de cinco euros obliga a los párkings locales a reconvertirse

El nuevo billete de cinco euros obliga a los párkings locales a reconvertirse
algunos aparcamientos todavía no han actualizado sus máquinas de pago automático susy suárez

La reciente llegada de los billetes de euros, que desde mayo han comenzado a hacerse un hueco en las carteras, donde destaca por su tono violeta, es el primero de la serie “Europa” que introduce nuevas medidas para dificultar su falsificación. Pero el nuevo billete no solo causa dificultades a los aparatos que emplean esos falsificadores sino también los párkings públicos de la ciudad, muchos de los cuales se encuentran estos días en pleno proceso de reconversión, en el que algunas empresas tienen que gastar miles de euros.
Actualmente, algo menos de una cuarta parte de los aparcamientos subterráneos de la ciudad que cuentan con billetero electrónico lo tienen actualizado. Entre estas hay que contar el de la Casa del Agua, el de Matogrande, Cuatro Caminos y Juana de Vega. Otros estacionamientos se libran de este problema al ser más pequeños y realizar el cobro por el método manual. Para el resto de los párkings, la diferencia estriba en lo antigua que es su máquina: si ésta puede actualizarse para aceptar el nuevo billete o si por el contrario, necesita una nueva reforma.
“Y la maquinaria es muy cara”, hace notar el gerente de uno de estos aparcamientos. Además, la gran mayoría de estas máquinas proceden del extranjero, y los empresarios deben ponerse primero en contacto con las distribuidoras españolas para conocer la respuesta del fabricante. Dependiendo de ella, sabrán si la factura puede rondar los 200 euros, en el caso de una simple actualización de software, o si por el contrario el cambio exige una nueva instalación.  

presupuesto
Pero una medida así dispara el presupuesto y la situación se agrava porque, como ya se ha dicho, el billete de cinco euros es solo el primero de una nueva serie, así que algunos responsables están esperando a  que se ponga en circulación el nuevo billete de diez euros.
De momento, algunos estacionamientos, como el de la Casa del Agua, se han limitado a instalar carteles en los que advierten al público de que no las máquinas no están adaptadas para este tipo de papel moneda. “Por supuesto, sí lo aceptamos en la cabina, se trata de moneda de curso legal”, matizaron.
Otros están esperando a septiembre, una vez finalizado el inevitable parón de agosto, para iniciar la reconversión. Sin embargo, para los aparcamientos más grandes, como el de Los Cantones, el Palacio de la Ópera , la Maestranza y Palexco, ya asumieron ese reto y comprar las actualizaciones que salieron a la venta prácticamente con el nuevo billete.
Es un cambio que no tiene marcha atrás, puesto que la Unión Europea ha anunciado que los viejos billetes se irán retirando poco a poco de la calle, y la misma suerte correrán los otros billetes que el público se ha acostumbrado a manipular cada día desde que irrumpió el euro en sus vidas. Los nuevos son más seguros, con marcas de agua, impresiones en relieve, tinta dinámica y reflejos. Toda una batería de sistemas para asegurarse de ponérselo difícil a los falsificadores, que tendrán que invertir casi   tanto como los dueños de los párkings en nuevas máquinas.

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