Norfolk encarga una “gymkana” fotográfica con la luz como meta

Norfolk encarga una “gymkana” fotográfica con la luz como meta
norfolk manda a sus alumnos a “un campo de batalla” javier alborã©s

La luz mueve toda su obra y la luz es también la razón de ser del discurso que ofrece a sus alumnos antes de mandarlos a la calle, a buscar la imagen perfecta. El prestigioso fotógrafo de prensa Simon Norfolk, que imparte desde ayer la masterclass “Looking por light” para doce elegidos gracias al Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa (Macuf), se ha esforzado en crear una especie de gymkana en la que cada día el encargo es diferente.

“Les quiero enseñar a saber planificar, a anticiparse a la foto”, confiesa Simon Norfolk, habitual en publicaciones como The Guardian o The New York Times Magazine. Con esa premisa obliga a levantarse a sus alumnos de la masterclass con las primeras luces del día y los vuelve a enviar a aprovechar la iluminación natural cuando el sol está a punto de ponerse, pero siempre con todo planificado tirando de “todas las herramientas que ofrece internet”.

 

conocer mejor la cámara

La noche también es importante en la lección de fotoperiodismo que quiere transmitir porque “lo desconocido les va a forzar a conocer mejor su cámara y da más motivación”. Con estas clases los fotógrafos inexpertos no tienen más remedio que repensar todo su mundo fotográfico para dar una vuelta de tuerca y contentar al profesor. “Es como mandarlos a un campo de batalla a nivel psicológico donde tienen que empezar a pensar de otra forma”, reconoce Norfolk, que sabe de lo que habla porque se ha curtido en numerosos escenarios de posguerra real.

Casi recién aterrizado en A Coruña prefiere no opinar sobre las vertientes que le ofrece la luz de la ciudad para sus imágenes, pero aún así quiere aprovecharla hasta clausurar su masterclass el próximo sábado. Así, a través de proyectos concretos busca descubrir A Coruña a través de los objetivos de sus alumnos.

El concepto cambia según el observador porque uno debe fotografiarla “como la ciudad más glamurosa del mundo” y otro todo lo contrario. “Eso les va a obligar a buscar unos recursos, a pensar cómo hacerlo porque las dos cosas son posibles”, confiesa, como truco, el fotoperiodista. n

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