La niebla se disipa justo a tiempo para celebrar la noche mágica de San Juan

La niebla se disipa justo a tiempo para celebrar la noche mágica de San Juan

La niebla se levantó y dio paso a una celebración de San Juan en la que las hogueras espantaron los malos augurios y el frío. Playas y plazas se volvieron a llenar de personas y fuego y eso que el mal tiempo hizo que por momentos se temiese por la celebración.
Quizá debido a que la mayoría esperó hasta última hora para decidirse a bajar a las playas y, cuando lo hizo, usó el coche, a partir de las 19.30 se empezaron a producir atascos en San Andrés, la plaza de España y el túnel de La Marina. Además, los tres parkings disuasorios del Ayuntamiento no tuvieron la acogida esperada y los asistentes optaron por sus propios coches.
Las playas fueron su destino principal y la niebla, el enemigo de los servicios de emergencia. Debido a esta, el dispositivo de seguridad vio “extremadamente dificultado” su trabajo. Para luchar contra el mal tiempo, se aumentaron las patrullas y la vigilancia peatonal y se usaron cámaras de infrarrojos para controlar a las casi 100.000 personas que se reunieron en la playa.
Muchas de ellas ya fueron de buena mañana a marcar los lindes de sus parcelas –algunos se sentaron sobre la arena desde las siete– y todo para encender los fuegos que a partir de las 22.30 horas poblaron el paisaje.

de ocho a trece euros
Si en los arenales tocó apurar para coger sitio, de poco les sirvió esa táctica a los pescaderos de los mercados. La sardina apareció, pero lo hizo a partir de las 10.30 horas a bordo de los barcos que se desplazaron más lejos para dar con el manjar de San Juan. Mientras en las panaderías despachaban brona con rapidez a primera hora, en los mostradores se agolpaban todo tipo de pescados excepto la escurridiza protagonista de las parrillas.
Una vez que el cerco logró descargar la sardina –y el medianillo, que fue mayoría– se redistribuyó entre las placeras. El kilo de los ejemplares pequeños se vendió al público a ocho euros, mientras que las facturas más altas rozaron los 13 en Elviña.
Los costes fueron más ajustados que en años anteriores pese a que, como reconoció el responsable de cancha de la Lonja, Ignacio Iglesias, se capturó menos cantidad que el en 2015. En el mismo sentido se manifestó el portavoz de la asociación del cerco Acerga, Andrés García. “Llegaron alrededor de 39 toneladas pero solo cuatro de la grande”, dijo Iglesias, pero aseguró que el sabor de la pequeña conquistó.

La niebla se disipa justo a tiempo para celebrar la noche mágica de San Juan

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