Lo que nació con intención de ser símbolo

Lo que nació con intención de ser símbolo
Los bajos que iban a ser destinados a la hostelería son refugio para los sin techo susy suárez

Nació con las luces de un nuevo siglo de la mano del alcalde Francisco Vázquez que, en 2000, sostenía que a un alcalde se le recordaba, entre otras cosas, por levantar una torre. La suya costó 360 millones de pesetas y se construyó a marchas forzadas con la intención de saludar desde el otro lado de la bahía y ser hermana de la que un día erigieron los romanos.
Sin embargo, el Millennium ha dejado de brillar hace tiempo. Y ni tan siquiera ha pasado la adolescencia. Vive en el ocaso sin dejar ver las 174 escenas de la historia de la ciudad grabadas en cristal de roca. Y es que los 142 focos que la iluminaban han perdido su potencia. Pasa desapercibida tanto para los turistas como para los de casa, que se han olvidado que aquello que incrustó de acción Gerardo Porto se colocaba en la pole position como la más alta en su especie del mundo.
El abandono del obelisco de cristal va parejo al que se puede observar en la zona. Los soportales del Millennium apenas le hacen frente a las embestidas del mar y son nido para los sin techo. Cuenta el presidente de la asociación de vecinos de Labañou, San Roque, Ciudad Escolar y Los Rosales, Enrique Fernández, que  después de tapiar la infraestructura y que se volviese a perforar como refugio, los bajos donde Vázquez quería instalar una cafetería y que finalmente no se pudo hacer precisamente por ser foco de las olas se encuentran en un estado “lamentable”.
Explica que aunque lo taparon con una malla metálica como las de las obras, la realidad es que “tienen todo patas para arriba” y un indigente, al menos, duerme en la entrada: “Hubo intención de llevarlo al Refugio, pero él se niega”. Si bien la parte inferior no puede ser tocada por parte del Ayuntamiento porque la Ley de Costas así lo prohíbe, Fernández cree que la solución pasaría por instalar un rompeolas que hiciera de barrera: “Los temporales baten contra los bajos y se necesita una especie de rompiente en curva para que las olas entran y salgan”.
De esta forma, el añadido podría ser un mirador para el paseante en los días de sol, una medida que evitaría los destrozos que se producen cada invierno y que acusan más el abandono del entorno: “Esto está igual que siempre. Dentro del enrejado, está lleno de escombros, muebles y colchones”, una suciedad que van limpiando las mareas, pero que se vuelve a acumular. Para el portavoz vecinal, la razón de que el Millennium esté así se debe a una batalla política de los que ocupan María Pita: “Como lo hizo Paco, lo usan como propaganda para decir: ‘Ves como está’”. Para Enrique esto es lo más triste, porque “esto lo pagamos tú y yo” y también la imagen de una ciudad, que recuerda su inauguración como uno de los actos con mayor despliegue. Fue un 29 de diciembre y a los dos días, Vázquez repartía uvas para darle la bienvenida a 2001.

Lo que nació con intención de ser símbolo

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