Los Museos Científicos se llenan en el último día de la Semana de la Ciencia

El día de ayer fue el último de la Semana de la Ciencia, en la que los Museos Científicos abren sus puertas a todos los públicos, sin que nadie tenga que pasar por el trámite de pagar entrada. Ayer, miles de personas acudieron a la Domus, la Casa de las Ciencias y el Acuario para aprovechar la última oportunidad de contemplar gratis sus exposiciones y módulos interactivos. El personal de este último centro, sin duda el más popular de los tres, contabilizó, solo el sábado, a siete mil personas que se agolpaban contra los cristales de sus tanques marinos.

El centro más visitado fue el Acuario, con
7.000 visitantes
en una sola jornada

Se cumplen así las previsiones que formuló a principios de semana la directora de los Museos Científicos, Mónica Iglesias, que contaba con igualar por lo menos el público que acudió a la edición del año anterior (ya van 26), cifra que superó con creces las 30.000 personas. En algunos casos eran familias las que conformaban el público asistente, aunque muchas de las actividades que se han desarrollado iban dirigidas a un público más amplio.
Por ejemplo, también hay espacio para la mente: en una carpa de los jardines de Méndez Núñez, la Obra Social \“La Caixa\”, organiza la exposición \“Ilusionismo ¿Magia o ciencia?\”. En ella, el público puede comprobar hasta qué punto muchos de los trucos que emplean los prestidigitadores profesionales se basan en el conocimiento de cómo funciona el cerebro humano al recibir la información de los sentidos.
A un público adolescente iba dirigido el taller que se celebró el martes en la Domus, en el que los jóvenes de entre 15 y 18 años pudieron crear pequeños robots con piezas muy simples, aplicando los principios de la mecánica. El taller forma parte de un programa más amplio llamado Kiics, que incluye actividades como desarrollo de videojuegos.

adios a mr darwin
Para la Casa de las Ciencias fue también ayer un día especial porque se clausuró la muestra \“El asombro de Mr Darwin\”, que se inauguró hace tres años y en que se conmemoraba el 150 aniversario de la publicación de \“El origen de las especies\”. Fondos originales, como un gigantesco globo terráqueo que marca el itinerario del viaje del científico en el \“Beagle\”, una reproducción de la tortuga que se trajo de Las Galápagos (y que murió en 2006) pudieron ser contemplados por última vez en A Coruña, acompañados de otros ejemplos más nuevos de la evolución, como un bloque de hormigón que encierra un montón de teléfonos móviles que el avance de la tecnología volvió rápidamente obsoletos. Un símbolo de la vigencia de esta teoría. n