El mural de Lugrís se trasladará a mediados de mes a Los Olmos

A mediados de noviembre, dos meses más tarde según lo previsto debido al retraso de la Direción Xeral de Patrimonio a la hora de dar el permiso, Abanca le pondrá patas al mural que Lugrís plantó en la calle Real para trasladarlo a Los Olmos. Allí será sometido a una larga operación antes de devolverlo de nuevo a los coruñeses.
Desde Arteca, la firma encargada de la restauración, calculan que realizarán los trabajos en dos meses y medio, una vez que la pieza entre en camilla por la sede de Abanca de la céntrica calle, por lo que todo apunta que hasta 2017 no se podrá contemplar en su nueva casa, donde estará arropada por otras genialidades de Lugrís, que forman parte de los fondos de la entidad financiera y una pantalla, en la que se podrá ver toda la intervención quirúrgica.
Y es que el sueño azul que iluminó en su origen las esperas de los que iban a hacer ingresos al Banco Hispano Suizo y los cafés del Vecchio necesita una reparación urgente por las barrigas que se produjeron al ceder el muro ante un depósito de escombros procedentes de una tubería.
Según cuenta el responsable de Arteca, Francisco Muíños, todas esas fisuras se podrán corregir en este tiempo. No se notarán en la distancia larga, pero sí si uno se acerca. Serán como cicatrices en la piel.
Al parecer, el ladrillo fue empujando hasta que se reventó el soporte. En ese sentido, el experto señala que todo tiene solución y las hendiduras se suman al diagnóstico junto a una policromía en un estado de conservación muy bajo. El equipo tratará de reintegrar el color de la forma más perfecta posible y al resultado se le buscará un soporte que le haga seguir siendo un mural.
Por otra parte, el hecho de ubicarlo a pocos metros de la calle Real es para evitar más daños. Así es que el viaje se realizará mediante la técnica “stacco a masello”, que consiste en arrancar la pintura mural incluyendo parte del mismo y que responde a la misma intención de tratar de que los efectos secundarios sean los mínimos, sobre todo, teniendo en cuenta que la creación se encuentra en una situación peor de la esperada.

bic
Al mismo tiempo que Abanca invierte en el patrimonio de la ciudad en calidad de comodato (préstamo por uso), el mural está pendiente de recibir el bautismo de la Xunta que lo convierta en BIC (Bien de Interés Cultural). Como muy tarde, el Gobierno gallego se marca noviembre de 2017 para anunciar la distinción, tal y como reflejó en el DOG cuando asumió la incoación de su expediente. El banco lo enmarca dentro del Plan Especial de Protección e Reforma Interior de A Coruña, que hace sancionable cualquier actuación inapropiada sobre el mismo y le da una aureola de protección antes de que llegue la confirmación de BIC por parte de la Administración.
La firma asumirá el coste económico de la rehabilitación, que incluye el traslado y la exhibición final en la calle de Los Olmos, donde el público podrá contemplarlo in situ.
Su puesta en escena será como lo que es, un mural, así es que en el espacio elegido se recreará un bloque que hará de sustento de la obra.