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jueves | 25 abril | 2024
El estacionamiento indebido es un problema endémico en una ciudad en la que el aparcamiento es escaso, pero en el que el número de turismos crece año tras año (el último cómputo supera los 116.000 turismos), tanto de día como de noche, sobre todo los fines de semana, cuando cientos de vehículos acuden a la ciudad desde el área metropolitana para disfrutar del ocio en los locales del centro. Se multa a más de siete coches cada noche por estacionamiento indebido (el año pasado, la cifra rondó los 2.800) y la gran mayoría de las sanciones se registra en dos puntos: la calle de San Andrés y el aparcamiento del Oceanográfico.
“Tenemos órdenes de visitar siempre esos puntos”, reconoce un agente municipal. Se trata de dos puntos especialmente complejos, porque se hallan próximos a la zona de ocio nocturno, y porque cada uno tienen una particular idiosincrasia. En el caso de San Andrés, los conductores aparcan habitualmente en la zona de carga y descarga de San Andrés, situada entre la iglesia Castrense y la calle Sol.
Un cartel advierte: “Solo permitido carga y descarga de lunes a viernes de 08.00 a 14.00 horas y de 15.00 a 18.00 horas”. El resto del tiempo, debe estar despejado, pero el problema es que los conductores creen que pueden aparcar fuera del horario permitido, como en el resto de las zonas de carga y descarga.
El resultado es que los policías locales se pasan todas las noches por la zona y siempre se encuentran algún vehículo aparcado sobre la acera de la zona semipeatonal. Pero ese error no ocurre solo de noche: el año pasado la Policía Local puso 843 multas. De estas, 67 acabaron con traslado del vehículo por la grúa municipal.
Uso residencial
En el caso del Oceanográfico, la vigilancia de la Policía Local se extremó con la peatonalización de la Ciudad Vieja, que convirtió un aparcamiento que hasta ese momento era de uso púbico en una zona reservada en exclusiva a los residentes del casco histórico. La mayor parte de los conductores con permiso prefieren aparcar en las zonas más próximas a sus casas, también reservadas a ellos, así que en el Oceanográfico suele haber espacios que aprovechan los conductores. Sin embargo, no se trata de una zona verde, en la que es posible aparcar fuera del horario establecido de mañana y tarde: el Oceanográfico es un coto exclusivo de los vecinos de la Ciudad Vieja.
En los dos casos, la costumbre puede llevar a engaño, pero el anterior concejal de Movilidad, Daniel Díaz Grandío, dejó claro este mismo año que, según los técnicos municipales, los letreros están claros como el día. Incluso cuando se leen de noche.
