Las monas se visten este año de unicornio, tetera de “La Bella y la Bestia”, Ladybug y emoticonos

Las monas se visten este año de unicornio, tetera de “La Bella 
y la Bestia”, Ladybug 
y emoticonos

Cada vez más, los huevos y las monas de Pascua le ganan la partida a los roscones. Por eso, las pastelerías de la ciudad y alrededores se esmeran en conseguir acabados perfectos. Y es que en el mundo de las figuras de chocolate, el amor a primera vista existe. Es más, lo que cuenta es el flechazo a la madrina o al padrino que pasa por el escaparate y piensa que algo así es igual a una sonrisa grande que no se paga con dinero y entra. No lo puede evitar.

En el caso de la confitería Naya, en Vilaboa, Ignacio busca ese efecto mucho antes de Semana Santa porque después hay que dejar espacio para las roscas y trenzas. No hay tiempo que perder, así es que el pastelero saca su imaginación a volar. Este año, asegura, el rey tiene cuernos, uno solo y de color dorado. La fiebre del unicornio convirtió este animalito de fantasía en el favorito de la clientela. Los de Naya duraron poco al galope. Lo mismo ocurrió con la tetera y la tacita de “La Bella y la Bestia”. Se agotaron en pocos días y la mayoría se despacharon nada más colgarlos en Facebook. Sin embargo, Ignacio sacó del molde a jugar a Mickey y Minnie dentro de una colección donde la Patrulla Canina perdió fuelle para darle la bienvenida a una Ladybug comestible. Una de sus monas favoritas es la de ovejas, que aprendió en Hofmann (Barcelona).

Desde los cuatro euros del huevo más simple, Naya ofrece un abanico muy amplio de criaturitas de chocolate. En Tahona aseguran que ayer fue el día en que incubaron más huevos. Iván afirma que los que más gustan son los que recrean paisajes con pollitos y demás atrezo, una puesta en escena tan tierna como dulce que toca la patata.

En el local de la plaza de Lugo, también cogen carrerilla y se anticipan al pelotón para que los padrinos se surtan al gusto. Es por eso que dan la opción de encerrar sorpresas personales como una chica que le colocó un detalle diferente a cada sobrino y “hubo quien metió una joya para su chica”. Hasta ahora, Iván aún no encerró ningún anillo de compromiso, pero reconoce que el cliente quiere personalizarlos cada vez más. Así es cómo en esta Pascua, sus huevos sonríen o guiñan el ojo como los emoticones del Whatsapp. En su caso, el chocolate es belga. Naya los hizo con una firma de este país y otra francesa. En Vilaboa, Ignacio le dio forma a 170 monas que hoy harán las delicias de los pequeños.
Con un envoltorio sugerente porque aquí reside parte de la magia, los coruñeses aparecerán en la puerta con un elemento amigo. Saben que tienen un triunfo entre las manos porque las creaciones artesanales son bonitas por fuera pero, sobre todo, por dentro.

Las monas se visten este año de unicornio, tetera de “La Bella y la Bestia”, Ladybug y emoticonos

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