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viernes | 19 abril | 2024
Los vecinos de la calle de Vista Alegre que han tenido que convivir durante casi una década con la ruinosa obra abandonada que ocupa el número 17 tienen ya al alcance el fin de todas las molestias: indigentes, drogas, insectos, ratas y basura. Después de retirar los desperdicios acumulados y de cerrar el solar para impedir más allanamientos, el fin de semana pasado una empresa enviada por la Sareb bombeó los miles de litros de agua acumulados en sus sótanos y procedentes de un manantial subterráneo. Ya solo queda que se desratice el lugar y que se abonen los daños provocados al inmueble de al lado por una inundación.
Miguel Ángel García, portavoz de los afectados, se siente satisfecho de que todo vaya a acabar: “Empezamos a protestar cuando el bipartito y hemos tenido que esperar hasta ahora para que se haga algo”, recordó al tiempo que criticaba la desidia de los políticos. “Todo el mundo sabía lo que estaba pasando allí. Venía Cruz Roja para atender a los sintecho y la Policía Nacional, pero nadie hacía nada”, se lamenta. El mismo García había acudido a una de las asambleas Dillo ti para protestar por lo ocurrido. Como señaló el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, ya se habían puesto en contacto con la Sareb para exigirle que lo arreglara.
Ratas, basura y drogas
El Ayuntamiento caducó la licencia de construcción, que se remontaba al 31 de agosto de 2007. Desde entonces, la situación había ido de mal en peor: el inmueble abandonado había atraído a varios sintecho que incluso habían instalado tiendas de campaña en los pisos superiores y llenado de basura el entresuelo. Había denuncias por peleas y trapicheos de drogas.
Por otro lado, la basura acumulada había atraído a las ratas y los mosquitos comenzaron a criarse en el agua estancada del garaje, que provocaba humedades. Los bichos se introducían en los inmuebles aledaños. Después de años de quejas con la callada por respuesta, la Sareb comenzó a tomar medidas el mes pasado: limpió los desperdicios acumulados todo el entresuelo, lo que llevó una semana, y cerró una de las salidas, la que da la calle de Cancela de Afuera, mientras que en la otra se instaló una puerta antiokupas para que nadie pueda volver a acceder al solar. Lo que se ignora es cuándo se demolerá la estructura.
