De cómo dos mineras gallegas pudieron cambiar el transcurso de la Historia

De cómo dos mineras gallegas pudieron cambiar el transcurso de la Historia
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El equipo técnico y artístico de la película “Lobos sucios” hacía ayer una parada técnica en la ciudad antes de calzarse los zuecos e iniciar el rodaje que llevará a la gran pantalla uno de los capítulos más desconocidos de la segunda Guerra Mundial, que metió a Galicia en el saco a través del saqueo de wolframio en las minas de Casaio. Las coproducción en la que participan las españolas Agallas Films y Dream Team Concept y la belga Left Field Ventures no se irá hasta la aldea ourensana porque está casi sepultada en la actualidad, pero encontrará el paisaje perfecto en Cabana de Bergantiños, As Pontes y Guitiriz para recrear una historia protagonizada por dos hermanas (Manuela Vellés y Marián Álvarez), capaces de cambiar el transcurso del conflicto desde su ignorancia inicial.
Contaba el director nobel Simón Casal que la trama arranca con la llegada de un espía belga, que tiene como misión llevar a cabo un sabotaje sobre un cargamento nazi: “Manuela y Candela no son conscientes de lo que está pasando”, de que la guerrilla acampa a pocos metros de su casa junto a los presos republicanos, a los que mandaban a la mina a modo de campo de trabajo forzoso. Las dos irán conociendo la complejidad del asunto hasta implicarse de lleno en una especie de thriller histórico con mensaje. Y es que a través de los personajes principales, la butaca irá más allá de los misiles y los aviones para comprobar cómo se percibe al “diferente”.
En este sentido, Marián Álvarez, ganadora del Goya  2014 a la Mejor actriz, decía que enseguida aceptó el papel porque “las pequeñas historias son más interesantes y los detalles son los que cambian la historia”. Añadía la intérprete que siempre opta por trabajos que la remueven por dentro porque “desembarcos he visto muchos”.
La película cogerá forma en cinco semanas y cuatro días con un presupuesto medio bajo y “mucho amor”, decían los productores. La idea es estrenarla en el plazo de un año y ventilarla fuera de España después de comprobar que la historia interesa y de que más allá de Pedrafita el desconocimiento sobre el tráfico del mineral es total. Para hacerla más real, los actores conocerán las minas de la mano de las gentes de Casaio. Aprenderán a manejar las herramientas con los mineros y a moverse en territorio hostil. A rodar de noche en las mismas condiciones que los que bajaban en otra época y sobre agua. Con el asesoramiento de ingenieros, el equipo revivirá un cuento de “lobos sucios” a través de las pequeñas cosas.

De cómo dos mineras gallegas pudieron cambiar el transcurso de la Historia

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