Miles de bañistas invaden los arenales de la ciudad ante la llegada del calor

La ola de calor que se registró ayer, con temperaturas que llegaron a marcar 25 grados centígrados en el termómetro, fue la señal para que miles de personas se animaran a pasar una verdadera jornada veraniega en la playa en pleno mes de mayo. Como siempre, los arenales del Orzán y Riazor fueron los primeros en recibir a los bañistas, aunque también hubo muchos coruñeses que optaron por abandonar la ciudad y dirigirse a las playas del área metropolitana, lo que se tradujo en largas filas de vehículos atravesando el puente de A Pasaxe.
A pesar de que, en teoría, el baño todavía no está permitido por la ausencia de socorristas, que no ocuparán sus puestos hasta el 15 de julio, fueron pocos los que se resistieron a chapotear en el Atlántico. El viento seguía soplando con una fuerza constante, pero ya no era tan frío como en anteriores jornadas, y el público pudo permanecer durante hasta bien entrada la tarde disfrutando del aire libre. 
También de la playa de Oza, a pesar de que este año ha perdido su bandera azul. Las autoridades municipales recuerdan que siguen siendo apta para el baño y que, aunque se desconoce la razón exacta del vertido que hizo que la calidad de las aguas bajaran, es probable que tuviera que ver con el cercano puerto y recuerdan que ya en otras ocasiones perdió esta calificación para volver a recuperarla al año siguiente. Lo cierto es que la gente que acudió a disfrutar de esta playa, que aunque recibe menos horas de luz que otras es por eso más recogida, no parecía tener ningún recelo hacia la calidad de las aguas.

hasta el domingo
Pero tampoco hacía falta que los amantes de la playa se precipitaran, porque el tiempo de bonanza continuará durante unos días, gracias a la que la influencia anticiclónica persistirá, en lugar de arruinarse el tiempo durante el fin de semana, algo de lo que siempre se quejan los amantes del sol. De hecho, Meteogalicia pronostica que no empezará a debilitar durante el domingo, cuando empezarán a acumular nubes durante el día para acabar provocando precipitaciones durante la noche. 
Será también entonces cuando por fin empiecen a bajar las temperaturas que hasta entonces se mantendrán en unos cálidos 24 grados, aunque la diferencia entre las máximas y mínimas, que caen por debajo de los diez grados, deja claro que todavía sigue siendo primavera y que no hay que confiarse, aunque los meteorólogos prefieran hablar de un “descenso entre lixeiro e moderado, que será máis acusado nas máximas no litoral atlántico”. En cuanto al viento, que en los últimos días han tenido una presencia constante procedentes del norte, soplarán más flojos y su dirección  será variable, rolando al noroeste. n