El miedo se siembra en cómics y habla en gallego

El miedo se siembra en cómics y habla en gallego
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Juan Carlos Abraldes sembrará el terror el sábado en Metropolis Cómics, donde tiene pensado aparcar a eso de las 17.00 horas para presentar la revista “A tumba do terror”, donde encierra cinco de las historias que ha exportado a Estados Unidos siguiendo las pautas del guionista Jason Grawley y que hoy hablan en gallego. El género que espanta se alimenta de expresiones del tipo “a modo, rapaz” y, a caballo del idioma del país, salta la verja de lo olvidado. 
Cuenta el autor que después de aquellas publicaciones periódicas de los años 70 y 80, el vacío se apoderó de los que querían poner a jugar al miedo en el tablero. Pero el terror vuelve: “Allá es una fiebre” y ahora que se aproxima Halloween más. 
Así que el que tiene casa en Santiago desde los 15 años, aprovecha el Samaín para lanzar sus originales adornados de caricaturas. En el local de Río Monelos sorteará uno de ellos. Explica que su estilo tiene mucho de lo que ingenia en movimiento: “Diseño videojuegos y cine”. 
A ocho euros el ejemplar, Juan Carlos destaca la calidad de los contenidos por un módico precio con el que “retomar ese camino de conectar con el público”. Todas las tramas tienen la moraleja de que “si te portas mal con los vivos o lo ajeno te va a pasar algo”. 
Más allá del “yo fabrico y autoedito”, Abraldes promete un poco de espectáculo. Sus influencias vienen de esos años de “fartura”, cuando “yo era un chaval”. Lo que recibió con 15, se quedó ahí para toda la vida y lo readapta si toca trabajar para un videojuego como “Goosebups”, donde su forma de hacer entró sin necesidad de calzador: “Está basado en los libros juveniles de R.L. Stine”. Su último reto pasa por perfilar una campaña para Cruz Roja. 
A la hora de empezar un proyecto, “me dejo llevar por el instinto y dibujo directamente”. De un primer impulso, salen dos o tres bocetos que suelen gustar y aterrorizar porque aunque a él no le produce escalofríos lo que planea sobre el papel, reconoce que a la gente sí se le activa el sentido del miedo: “El otro día me dijo una madre que su hija no pasó de la segunda hoja”. 
Cuando está en plena inspiración, no se percata de los efectos secundarios, de ese “desacougo” que producen los zombis a los que da vida “a altas horas de la madrugada con musiquita de fondo”. 
En realidad, lo que le genera pavor a Abraldes “son cuestiones más serias como la crisis y los desahucios. Eso sí que me acojona” porque aunque suceden cosas horribles y se descuartiza a gente, no pasa todos los días. Por eso que “lo que me da miedo es lo cotidiano que puede trastornar tu vida o la gente que tiene un trasfondo mental y vive en un mundo bastante oscuro”. 
En un momento donde el tebeo vuelve a democratizarse y el comprador asiduo sigue comprando, la revista de terror se presenta en gallego como una de las dos únicas en su especie. n

El miedo se siembra en cómics y habla en gallego

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