El mercado coruñés convierte en un desafío la búsqueda de Provivienda de pisos para sintecho

El mercado coruñés   convierte en un desafío la búsqueda de Provivienda de pisos para sintecho
Robero Castro, en su búsqueda por el centro de la ciudad | quintana

“Voy a seguir durante el verano y luego se lo dejo a otra persona”, comenta Roberto Castro. Este tasador de la propiedad lleva desde que comenzó el año buscando en la ciudad pisos de alquiler en nombre de la asociación Provivienda, como parte de una iniciativa para darles un lugar donde vivir a personas que se encuentran en riesgo de exclusión social en la que participan a través de un convenio el Ayuntamiento y la Fundación Rais. Después de tanto tiempo de búsqueda, Castro ha conseguido solo una de las diez viviendas planeadas, y considera que le será imposible alcanzar la cuota. “Y mira que me conozco bien el mercado”, se lamenta el tasador.
Costas ha peinado la ciudad buscando un tipo de piso en concreto a un precio de alquiler de 400 euros y que cuenten con una sola habitación. Puede que dos, en un momento dado. Allí se alojarían personas en riesgo social por un tiempo indefinido para que puedan rehacer sus vidas: “Es el método Housing First”.
Sin embargo, encontrar diez (en un principio se pensó en 15) es imposible. “Ya se lo dije yo, cuando me llamaron desde Madrid, que el mercado gallego es diferente. Aquí estamos muy apegados a la propiedad”, asegura Castro. Además, cuando habla con un casero potencial y le explica que colabora con una asociación que quiere ayudar a personas sin hogar se encuentra con la discriminación social. El perfil que se podrá beneficiar de esta iniciativa será el de una persona que lleva más de tres años en la calle y que sufre algún tipo de adicción, enfermedad mental o discapacidad. “Ponen excusas, que pueden ser los vecinos, los olores, los ruidos...”, enumera Castro, que afirma que los beneficiarios de este plan no causan más problemas que cualquier otro vecino: “Puede pasarte cualquiera, como cualquier persona normal”.
“Casting” de alquiler
Pero el casero coruñés parece ser especialmente desconfiado y mantiene unos requisitos muy exigentes para los candidatos. “Es como un ‘cásting’ de alquiler”, asegura Castro. Ya no se contentan con que se abone una mensualidad por adelantado, “a veces te piden tres meses cuatro o cinco y seguros de impago”. Castro aseguran que lo piden aparte de la renta: “Yo les digo que si quieren uno, que reserven un poco del alquiler, pero nada”.
Además, es imposible o muy difícil, encontrar una vivienda de 400 euros en A Coruña. El precio suele ser mayor, incluso si el piso está muy deteriorado lo que, asegura Castro, es algo habitual. “Se ha invertido muy poco en el parque de viviendas coruñés, muchos necesitan arreglos”. Sin duda, no es el resultado que esperaba la Concejalía de Justicia Social cuando presentó en mayo este nuevo programa de atención a las personas sin hogar que desarrollará en colaboración con la Fundación RAIS y la asociación Provivienda. Las dos entidades sociales avanzaban ya por entonces que se encontraban en plena búsqueda de apartamentos por toda la ciudad en el “mercado privado” de arrendamientos.
Se firmó un convenio con una aportación económica municipal de 100.000 euros. Conscientes de que la partida económica sería insuficiente para conseguir pisos para las 92 personas que, según las estimaciones el Gobierno local, se hallan en este momento en la calle sin recursos, la edil de Justicia Social, Silvia Cameán, había aclarado que aquella primera aportación será para ver cómo funcionaba la iniciativa. l

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