“La mejor noticia para una empresa de aguas es no ser noticia”

“La mejor noticia para  una empresa  de aguas es  no ser noticia”
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Superada la incidencia en la red de aguas que más ha afectado a la ciudad en los últimos años –no por falta de suministro sino por el corte del tráfico que ocasionó–, el primer recuerdo del director general de Emalcsa, Jaime Castiñeira, es para los trabajadores. Resolver en unos días una obra de meses es motivo de felicitación.

Después de los últimos días, ¿cuál es el balance?
Que es un privilegio contar con trabajadores que han realizado un esfuerzo tan grande, especialmente estos seis últimos días. Solo puedo manifestarles mi profundo agradecimiento.

¿Ya se puede dar por terminada la obra?
Son dos obras distintas. Por un lado, la que le afecta a los ciudadanos, que en este caso es el tráfico; y por otro, la que le afecta realmente a Emalcsa, que es la sustitución de la tubería, que quede bien colocada, que las soldaduras de las juntas de los tubos queden perfectamente y que cuando se meta carga de agua esté todo perfecto. Son como dos obras en una, por así decirlo. Aunque el tráfico esté abierto, las obras no terminan porque hay que seguir abriendo llaves, dando pasos y controlando las canalizaciones.

¿Es habitual que se rompa una tubería?
Sí es habitual que se rompan las tuberías. Todas las semanas del año se rompe alguna tubería; es lo más normal del mundo. Lo que pasa es que suelen ser roturas muy pequeñitas, que en dos horas se arreglan. Tan grandes como está sí son excepcionales, pero puedo calcular una media de que cada dos o tres años se puede producir una rotura por diversos motivos.

¿Cuáles son?
Hay diversas causas. Ya sean roturas fortuitas o porque se están canalizando obras de cualquier tipo en la ciudad y se pican las tuberías. Es natural y va a seguir ocurriendo en unas tuberías que llevan tanta presión, tanta carga y que están siempre en uso.

¿Cuál es la longitud de la red de abastecimiento?
Casi 600 kilómetros, de aquí a Madrid.

En 600 kilómetros hay muchas posibilidades de incidencias...
La ratio que marca el ministerio para clasificar las redes de abastecimiento fija en 0,30 roturas por kilómetro las redes óptimas. Nosotros estamos en 0,24. Es decir, muy por debajo de las ratios máximas que indica el ministerio para que una red sea óptima.

¿Cuáles son los puntos conflictivos, al margen del de la ronda de Outeiro?
Este es conflictivo por el hecho del tráfico. Obviamente, las redes de abastecimiento se instalan en el año 60 y las ciudades siguen creciendo. Es conflictivo por el tráfico. Más allá de eso, lo que nos importa es el abastecimiento; en ese sentido, esta red (la de la ronda de Outeiro) y la que baja por Alfonso Molina son las que abastecen a toda la ciudad y son a las que más importancia le damos.
¿Pueden olvidarse los coruñeses de las obras en la red de agua por una temporada?
De las que afectan al tráfico, sí. O eso esperamos.

Parece que solo se habla de Emalcsa cuando hay averías.
Tenemos un problema, todo lo que hacemos lo enterramos. Estamos todo el año haciendo obras, pero no se ven. Hay seiscientos kilómetros de red. La mejor noticia para una empresa de aguas es no ser noticia, abrir el grifo y que salga agua. Lo veo por el lado positivo: con la peor rotura que hemos tenido, por tráfico, se ve la capacidad de trabajo y de reacción; en una mañana se ha diseñado el plan de un tramo que había que rediseñar y hacer los cálculos hidráulicos y todo con nuestro personal. Esta rotura me ha servido para sentirme francamente orgulloso de la gente de la empresa.

¿Qué se va a cambiar con el plan director?
El plan se realizó hace ya varios años, con dos vertientes: el abastecimiento de la ciudad y, por otro lado, y con mucho peso, el abastecimiento en alta. Hay que tener en cuenta que damos servicio a todos los ayuntamientos limítrofes. El plan director venía a definir la previsión de crecimiento de cada ayuntamiento para poder satisfacer la demanda de agua. Ese plan se hizo a cincuenta años vista y sobre ello se dimensionó cómo debería ser la red. Se le presentó tanto al consejo de administración de Emalcsa como al Consorcio de As Mariñas, se aprobó por unanimidad y a partir de ahí se empezó a trabajar. Las consecuencias son la tubería de 1.200 (milímetros de diámetro) que se colocó el año pasado, toda la parte de la Tercera Ronda, los nuevos depósitos del monte Mero...  Se está ejecutando el plan en dos vías, las grandes conducciones, que es en lo que estamos ahora volcados, y la parte de la ciudad. En la ciudad estamos a un ochenta y cinco por ciento de tubería renovada.

Y el resto de la renovación, al menos de los grandes conductos, es lo que está previsto para el próximo verano.
Es lo que estaba previsto comenzar con la de la ronda de Outeiro, que seguía por Monelos y también se renovaba parte de la que iba hacia la estación de tren. Este estaba más parado esperando a que se ejecute el plan de la intermodal, para no tener que abrir dos veces. Intentamos hacer obras de oportunidad. Cuando el Ayuntamiento abre cualquier calle, vamos y si la tubería no está renovada, la renovamos. Tenemos otra fase, para el próximo año, que es la renovación en los polígonos.

¿Está terminado el plan de separación de aguas pluviales y residuales?
No. Este año se finalizó el plan de saneamiento, ahora que ya hay una ordenanza de vertidos, y ya tenemos previstas las obras más importantes de separación. Se está analizando cómo se ejecutarán las obras.

¿Cómo va el proyecto Smart City de detección de fugas de agua a través del sonido?
Es un concurso muy complejo porque es la primera vez que se hace. Nosotros lanzamos una idea al mercado y la adjudicataria la desarrolla y la ejecuta. La idea es similar a la de la huella sonora que dejan los barcos por la hélice. El agua produce un sonido y estudiado puede ver si hay una fuga, conocer el estado de la tubería, el grosor... Además se utiliza la biotecnología, que creemos que es una de las patas que debemos desarrollar. Tenemos mucha ilusión.

¿Qué otros proyectos están en marcha?
Uno muy grande es el de la eficiencia energética de la Telva. Una vez que se termine va a suponer un ahorro energético tremendo y los procesos van a estar automatizados, lo que da seguridad. Hay otro que es de la alerta de aguas de lluvia del embalse de Cecebre, que va dirigido a tener en tiempo real la calidad del agua del embalse. Al tener esos datos antes de tratar el agua ya nos va a permitir saber si tenemos que hacerlo de una forma u otra. Y un proyecto muy importante, a nivel concienciación, es el de riego de jardines. Esa imagen que tenemos todos de estar lloviendo y los riegos encendidos. Nosotros tenemos que cuidar el recurso.

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