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miércoles | 24 abril | 2024
Los bomberos retiran nidos de avispas asiáticas a un ritmo de tres por día, y llevan cerca de medio centenar. Esta cifra, que parece muy elevada, podría haber sido mucho mayor si no fuera por la campaña de prevención que llevó a cabo la Concejalía de Medio Ambiente en abril. Se instalaron 150 trampas por toda la ciudad, que han supuesto la muerte de cerca de un millar de avispas reinas, evitando así una explosión demográfica de estos insectos invasores.
Las trampas se dispusieron cuando las avispas aún no habían formado los grandes avisperos de hasta un metro de diámetro, sino que formaban pequeños nidos provisionales. Cada uno de estos alberga una reina en su interior que, cuando llega el momento, atrae en torno a sí a toda una colmena, compuesta por cientos de individuos. Pero encontrar estos “nidos primarios”, que apenas tienen el tamaño de una pelota de tenis, es difícil.
Por eso Medio Ambiente decidió instalar trampas muy selectivas, que no afectaran a ninguna especie de insectos autóctona, dispuestas sobre todo en camelios y otros árboles de origen asiático, hacia las que las velutinas se sienten atraídas.
De un día para otro
A pesar de ellos, los bomberos recibieron desde abril numerosas llamadas, sobre todo en barrios de la periferia de la ciudad, de ciudadanos que descubrían que, de repente, tenían como vecinas a esos molestos insectos. “Vi un día revoloteando a las avispas –comenta un residente en Novo Mesoiro–. Al principio solo pensé que estaban por aquí, pero me asomé y vi un pegote de cera. Al día siguiente, ya estaba el nido”.
Casos como este se encuentran a la orden del día, dado que las industriosas avispas construyen sus avisperos a una velocidad de vértigo. Estos insectos han merecido su apodo de “asesinas” porque devoran a las abejas. Aunque se han dado casos en los que han picado a personas, no resulta grave a menos que se padezca alguna alergia.
Sin embargo, a pesar de la lucha que mantiene el Ayuntamiento contra ellas, hay que tener en cuenta que también existen muchas colmenas en los municipios colindantes, donde los ayuntamientos combaten esta plaga con mayor o menor eficacia. En algunos casos, como Arteixo, se han destruido cientos de nidos, mientras que en otros apenas se ha hecho nada para eliminarlas, así que se extienden hasta A Coruña.
A pesar de todo, las autoridades dejan claro que los coruñeses, como todos, tendrán que aprender a convivir con las velutinas. “Se van a notar mucho menos pero habrá más, muchísimas más. Nosotros no lo estamos notando tanto pero se van a extendiendo”., comentan. .
