Más de la mitad de los placeros que abrieron un puesto tras un curso municipal ya han cerrado

Más de la mitad de los placeros que abrieron un puesto tras un curso municipal ya han cerrado
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Menos de un año después de que los alumnos formados por el Ayuntamiento para abrir un negocio en los mercados con el objetivo de revitalizarlos iniciaran su proyecto, apenas quedan emprendedores en las instalaciones municipales. Ni la mayoría de los comerciantes que abrieron en la plaza de Lugo ni aquellos que empezaron su nueva andadura en San Agustín han tenido la paciencia necesaria para granjearse el favor de los consumidores.
La Concejalía de Empleo y Empresa, que es responsable del área de Mercados, formó a principios del año pasado a un grupo de desempleados que tenían interés en montar un negocio en alguna de las plazas de abastos de la ciudad. Al final el gobierno local seleccionó 13 proyectos que veía viables pero de esos tan solo 11 llegaron a fraguar.
Los puestos comenzaron a abrir al público el pasado mes de abril y el proceso se alargó bastante porque cada cual se tomó su tiempo para poner en práctica su idea. Sin embargo, menos de un año después apenas cuatro de once continúan trabajando: una cantina y una tienda delicatessen en San Agustín, una frutería en Monte Alto y una panadería-pastelería en la plaza de Lugo.

inflexión en diciembre
Ni siquiera la instrucción de los profesionales de la Concejalía les permitió salir adelante y los primeros, una charcutería en la plaza de Lugo y dos pescaderías en San Agustín bajaron la persiana a las pocas semanas de abrir. Sin embargo diciembre de 2013 fue el punto de inflexión para muchos de los que aguantaban a duras penas la carencia de consumidores.
Las cuentas al final del ejercicio no daban y semana a semana fueron cerrando una charcutería, una frutería y dos negocios de venta de comida casera ya preparada, el último hace tan solo una semana.
Ya en su momento los emprendedores se quejaron de que  tenían que realizar importantes inversiones en maquinaria. El  Ayuntamiento les ofreció la formación necesaria y algunos descuentos en el pago de las rentas por los puestos durante los primeros meses.
Pero ante la escasez de clientes ni eso ayudó a consolidar unos establecimientos que competían con proyectos similares de toda la vida, cuya cartera de clientes ya estaba hecha. n

Más de la mitad de los placeros que abrieron un puesto tras un curso municipal ya han cerrado

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