Más de tres mil fans del rock más duro consiguen deshojar Santa Margarita

Más de tres mil fans del rock más duro consiguen deshojar Santa Margarita
fiesta en santa margarita

La cita no era hasta las ocho de la tarde, pero muchos no quisieron esperar y ya a las cinco de la tarde  comenzaron a aparecer en la explanada de hormigón del anfiteatro del parque de Santa Margarita. El color negro que predominaba daba cierto aire de funeral a la reunión, pero al levantarse para recibir al primer grupo dejaron muy claro que el rock no había muerto todavía y a partir de las diez de la noche, hasta tres mil personas llegaron a congregarse para el escuchar las canciones de Yül, Ánima, Konflikto y, por supuesto, Def con dos, los grupos que intervinieron en el Festival Independiente de Rock Coruñés y el sonido  de los bafles amenazaba con deshojar los árboles de Santa Margarita.
Muy pocos de los jóvenes que acudieron a la cita conocían a Julio Béjar, a pesar de ser un artista coruñés. Tras casi diez años de parón, Béjar se presentó de nuevo con su nuevo proyecto, “Yül” con un estilo ecléctico en el que mezcló desde punk hasta pop, pasando por momentos en los que parecía evocar a la mítica banda AC/DC, lo que sin duda agradó al respetable.
Pero quizá los que presentaron un sonido más duro fueron los componentes de Konflikto, que dejaron claro en las piezas que interpretaron que las únicas “c” que toleran se encuentran en las palabras “hardcore” y “rock”.  Con “levantarse y kaer”, “keda una flor y “Kasado con el diablo” calentaron los ánimos de cara a al último grupo de la velada, mitad gallego y mitad madrileño,  recibió la ovación más atronadora de las miles de personas allí reunidas.  Todos habían acudido para escuchar los clásicos, como “Pánico a una muerte ridícula” o “Hipotécate tú”. Hace quince años, cuando Def con Dos era pionero en el hip hop, habría tenido un hueco en la velada del jueves, en el que el rap tanto gallego como madrileño se había dejado oír en el anfiteatro. Pero desde entonces el grupo evolucionó al punk metal con el que disfrutaron los aficionados que bailaron como posesos hasta que, a las dos de la madrugada, los árboles de Santa Margarita pudieron dejar de temblar.

Más de tres mil fans del rock más duro consiguen deshojar Santa Margarita

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