Más de mil obras de arte están en el aire a la espera de que NGB conozca su nuevo propietario

Más de mil obras de arte están en el aire a la espera de que NGB conozca su nuevo propietario
la nave de pocomaco es un ejemplo de cómo conservar las obras en condiciones óptimas susy suárez

En medio del proceso de compraventa de Novagalicia Banco, la posibilidad de que se pierda la denominación de origen gallega está ahí y con ella el patrimonio artístico que vendría adosado a la operación de traspaso.
En este sentido, la segregación de Novagalicia Banco y Novacaixagalicia posterior a la fusión de las cajas gallegas supuso que los fondos que guardan una y otra se marcaran como a las vacas. Con crotales que en este caso indicaron su pertenencia al banco o la fundación dependiendo si fueron compradas por la parte financiera o la social de la entidad segregada.
Las primeras son las que hoy están en el aire. Y esperan su futuro desde el búnker que Caixa Galicia levantó en el polígono de Pocomaco hace diez años. Allí descansan más de 1.100 piezas repartidas entre murales, pinturas, fotografías, esculturas y dibujos y cuyos autores son, en buena parte gallegos. Ellas miran de reojo el proceso de cambio de dueño. Detrás de una fachada discreta y en medio de naves de una naturaleza bien distinta, los cuadros que Caixa Galicia fue adquiriendo en épocas de bonanza siguen siendo custodiados por profesionales de la Fundación Novacaixagalicia gracias a un acuerdo.
Así es como un restaurador y dos personas más dedicadas a la gestión, catalogación y distribución de las obras se ocupan de que este trozo de patrimonio con destino incierto esté en condiciones óptimas. Y afronte el paso del tiempo con los mejores cuidados. Colocadas en peines y armarios compactos.
La colección, que lleva almacenada desde 2003 en la ciudad, es museística y si bien los primeros años, la entidad financiera se centró en poblar sus fondos de siglo XX, tanto de figuras nacionales como internacionales, las siguientes adquisiciones respondieron al interés de hacerse con nombres y apellidos pensados de antemano. Con composiciones concretas que personalizaran la colección hasta convertirla en única.

una banca social
La idea del actual presidente ejecutivo de Novagalicia Banco, José María Castellano, es de seguir pilotando el proyecto aún con la entrada de inversores extranjeros y orientar el banco hacia lo social como hasta ahora. Sin embargo, cabe la posibilidad de que todo el esfuerzo puesto en la familia artística que fue creciendo desde 2003 en Pocomaco se esfume con la firma de la venta definitiva. Desde la Fundación Novacaixagalicia confían en que esa colección se preserve dada la intención de Castellano de darle preferencia a lo social y cultural.
En todo caso, las que sí tienen la garantía de quedarse son las que fueron adquiridas con fondos de la obra social y que pertenecieron en su momento a la colección Caixanova. En la actualidad, el conjunto se distribuye entre una exposición permanente en Vigo y una itinerante que visita las distintas sedes bajo el título de “Afluentes” y que se compone de varios capítulos del siglo pasado, además de las obras que pueblan otros edificios.
En este punto es donde entra el caos. Desde Novacaixagalicia apuntan a que hay piezas que son de la fundación, pero que descansan en oficinas de la entidad bancaria y al revés. La fusión inicial permitió que ambas partes pudieran disfrutar de ellas sin mirar su procedencia. El problema vino con la segregación. Cuando, por ejemplo, el Martín Chirino de ocho toneladas que duerme en la Fundación Novacaixagalicia de Ferrol no está en casa de sus verdaderos padres.
A estos flecos sueltos, hay que sumarle una última cuestión que sitúa a Novacaixagalicia en la tesitura de convertirse en una fundación “ordinaria”, al no tener participación en el banco, o en una “especial” como estaba proyectado en un principio. A la espera de que se resuelva el dilema, la entidad trabaja en confeccionar un nuevo patronato y normativas que le permita continuar con su vocación cultural.

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