Más de 50 locales compiten por el negocio de compra de oro en A Coruña

No se ubican en calles apartadas donde el precio de los locales comerciales no se lleve gran parte del pastel ni viven en tiempos de crisis con el agua al cuello. Los negocios de compra-venta de oro, que proliferaron en la ciudad con la llegada de la crisis económica, aún tienen negocio a pesar de la dura competencia a la que se enfrentan a diario. Las existencias del metal precioso en los hogares van mermando y actualmente son unos 55 locales los que compiten por las mejores joyas en la ciudad.

Hace poco menos de un año parecía que el “compro oro” había tocado techo en A Coruña y su comarca con los 41 establecimientos que permanecían abiertos. Pero al amparo de la crisis aún surgieron más establecimientos, de tal modo que en la actualidad –según datos del propio sector– existen unos 55 locales en funcionamiento tan solo en la ciudad. “Había cerca de 60 pero algunos han cerrado”, puntualiza un empresario.

A pesar de ello parece que la crisis que vio nacer a la mayoría no va a ser la culpable de sus cierres. Uno de los primeros establecimientos que se abrió, pionero mucho antes de que el apuro familiar obligara a vender las joyas de la abuela, La Milla de Oro, cuenta hoy con cinco sedes en la ciudad. “También tenemos establecimientos en Culleredo, Arteixo, Carballo y 60 repartidos por toda España y Portugal pero la sede central está en la calle de Ramón y Cajal”, explica el responsable de la tienda.

las joyerías, en el círculo

Muchos podrían pensar que con cinco años a cuestas con la crisis poco oro debe quedar ya en los joyeros familiares como para poder vender pero desde el local de Ramón y Cajal aseguran que “los joyeros siguen vendiendo y, por eso, sigue existiendo mercado”.

No obstante, los encargados de estos negocios reconocen que el volumen de entrada de oro que había antes no es el de ahora. Eso sí, los perfiles siguen siendo prácticamente los mismos: la gente joven acude más con alianzas tras un divorcio o pulseras de comunión y los mayores venden piezas más valiosas, todas revisadas después por la Policía.

Otra de las claves de la rentabilidad es que el precio del metal “se multiplicó por 250 o 300%” en la última década. Por ello, el oro que se adquiere se pasa a 24 quilates y se funde en lingotes “como inversión”.

sensación de pobreza

El potencial económico de este tipo de tiendas es claro, pero su proliferación por los barrios más céntricos ciudad no es del agrado de todos. Una de las zonas comerciales por excelencia, la calle Barcelona y su área de influencia, cuenta con “14 negocios de este tipo”.

Lo dice el presidente de la Asociación de Comerciantes, José Manuel Castro, que lamenta que la visión global que se da al consumidor “es de empobrecimiento” por cruzarse con tantas casas de empeño. Además, “van por libre” y de momento no han conseguido ningún asociado en este ámbito. n