Más de 400 personas esperan plaza en la residencia de Padre Rubinos

Más de 400 personas esperan plaza en la residencia de Padre Rubinos
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Más de cuatrocientos mayores coruñeses esperan por una plaza en la residencia de la Fundación Benéfico social Padre Rubinos.  Apenas tres meses después de la apertura de las instalaciones, el centro para la Tercera Edad tiene cubiertas sus 146 plazas. Numerosas personas mayores habían manifestado interés por entrar en la residencia antes incluso de la conclusión de las obras.  
En estos primeros días de enero la residencia tiene una lista de espera de 420 plazas, mientras que el centro de día y en la escuela infantil del complejo financiado por la Fundación Amancio Ortega también tienen cubiertas todas sus vacantes. En este último caso hay también lista de espera, de 17 niños.
Según los responsables de la Fundación Padre Rubinos, los criterios de selección para acceder a una de sus plazas no han cambiado. El presidente de la Fundación, Eduardo Aceña, indicó ayer al respecto que en vista del gran volumen de peticiones tratarán de priorizar en la medida de lo posible aquellas solicitudes que correspondan a personas que no tienen familia o  allegados que se puedan ocupar de ellas.
Aceña hizo estas declaraciones con motivo de la visita a las instalaciones de la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato. La consellería ha concertado 40 plazas para la residencia de mayores en la que invertirá 550.000 euros anuales.

colaboración
Mato explicó que esta nueva línea de colaboración con Padre Rubinos se une a las que el gobierno gallego mantiene con esta institución desde el año 2009, como son ayudas para inclusión, planes de cooperación o actividades de voluntariado.
En el área concreta de la inclusión, Padre Rubinos recibió, según destacó la conselleira, 130.000 euros en 2014, con los que se apoyó el funcionamiento del albergue y del comedor social.
El caso del comedor también se han desbordado las previsiones y desde que abrieron las nuevas instalaciones sirve un 35% más de comidas que antes. Eso supone por término medio hasta 170 comidas diarias, a las que hay que añadir unos 60 desayunos.
La nueva sede de Padre Rubinos, que se puso en marcha gracias a la colaboración de la Fundación Amancio Ortega, une en un mismo edificio tres de las áreas más importantes de la atención social: los servicios, recursos y apoyo para persoas que están en riesgo de exclusión social; para las personas mayores, en especial, para aquellos que están en situación de dependencia; y las escuelas infantiles, que ofrecen a las familias a posibilidad de conciliar a vida familiar y laboral.
En total, las nuevas instalaciones tienen capacidad para prestar atención directa a cerca de 500 personas: 180 usuarios entre la residencia y el centro de día para mayores; 200 en el albergue para personas en riesgo de exclusión social; e cerca de 100 niños en la escuela infantil.

Más de 400 personas esperan plaza en la residencia de Padre Rubinos

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