Margarita Salas recibe el Prisma Especial por poner la ciencia al alcance del pueblo

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 m.g.m. > a coruña
  Decía ayer el nuevo Prisma Especial del Jurado, Margarita Salas, que la investigación necesitaba tener alas. Que la libertad era básica para el desarrollo de un país, tal como lo aseguró en su día Severo Ochoa –su mentor–, y que los resultados de un avance tenían que redundar en el beneficio de la población. La que se alejó de la ciencia tiempo atrás, como apuntaba Carlos Negreira.
El alcalde recordaba en la entrega de los premios de divulgación científica el aislamiento que sufrió España al menospreciar este campo y considerarlo innecesario.

Hoy más que nunca, la investigación es primordial para dar un paso hacia adelante.
En este sentido, tres personas lo daban este año y conseguían la distinción de Prismas Casa de las Ciencias. Porque si Televisión Española y Turkana Films iban hasta la llegada de la especie humana a Europa, el periodista Javier Fresán sorprendía al jurado con el artículo “Perelman no estuvo allí”, que publicó en el diario “El Público”, para contarle a la sociedad la controversia que rodeó al ruso después de solucionar una de las conjeturas matemáticas más importantes. Ambos recibían 6.000 euros por sus trabajos.
Por su parte, los primeros se aupaban como los ganadores de la categoría de mejor trabajo audiovisual por introducir en “En busca del primer europeo” humor y entretenimiento, sin olvidarse del rigor. Su propuesta clavaba el trípode en Atapuerca para rescatar el origen y llegar hasta lo primero que hizo el hombre cuando pisó el viejo continente.
También se decidió otorgar una Mención Honorífica al trabajo “Estrategias adaptativas: hipótesis de la alarma contra ladrones”, de Luis Navarro, al reflejar lo hecho por un grupo científico de forma clara, concisa y bien enfocada.
Además, la edición vigésimo cuarta distinguía a la web “oliba.uoc.edu/adn” con el Prisma de Bronce. Su autor, Jordi Doménech Casal, construía a golpe de clicks un museo virtual interactivo sobre la genética y el ADN y le añadía a los márgenes numerosos recursos para profundizar en el tema, además de noticias acerca de los últimos avances en la materia.
De esta manera, el experto se hacía con 4.000 euros por destacar en un apartado patrocinado por la revista “Mètode”, en el que también recibía una Mención Honorífica el sitio web “vexetaciondegalicia.es”, presentado por María Jesús Mourazos, por su carácter didáctico y ameno.
En el caso de Margarita Salas, la veterana conseguía 9.000 euros de la empresa PharmaMar  (grupo Zeltia) por dedicarse más de cuarenta años a la investigación. La especialista en bioquímica y biología molecular agradecía el apoyo de sus padres y el de sus maestros Alberto Sols y Severo Ochoa, que además de conocimientos, le transmitieron entusiasmo. Algo fundamental para seguir corriendo un maratón en el que no habría llegado a meta si no fuera por su marido, el también científico Eladio Viñuela, que le animó a difundir lo investigado a su vuelta de Estados Unidos.
En este sentido, Negreira añadía que el acercamiento de la ciencia al gran público era hoy un hecho con una ciudad que es ejemplo al contener tres museos que interesan. Señalaba que el campo no abastece las inquietudes de minorías, sino que es capaz de esgrimir temas de interés general para que los jóvenes obtengan perspectivas diferentes. Para que sean mejores.
Con gente como Margarita Salas, decía el alcalde, la ciencia se llegó a popularizar sin dejar de ser rigurosa.

 

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