El alcalde, Xulio Ferreiro, y su equipo cuentan las horas para sacar adelante unos presupuestos que verán la luz gracias a que los grupos de la oposición no han acordado una moción de censura. El plazo para que el PSOE y el Partido Popular planteen una propuesta de Ejecutivo local alternativa a la de la Marea expira mañana y todo apunta a que la falta de novedades acerca de un pacto entre los dos principales grupos de la oposición será la tónica, igual que en las últimas semanas.
La opción de que las cuentas se aprueben sin los votos favorables del pleno municipal planeaba sobre María Pita desde antes de que el alcalde llevase su propuesta presupuestaria a la cámara municipal el pasado mes de diciembre. Ya entonces, cuando un acuerdo con los socialistas que garantizase los apoyos necesarios todavía era posible, Ferreiro había anunciado que recurriría a la opción de la aprobación directa vinculada a una cuestión de confianza.
No es la fórmula que más gustaba al Gobierno local, repitió en no pocas ocasiones el alcalde, que insistía en el carácter dialogante y negociador de su grupo, pero en cuanto se rompieron las conversaciones con el PSOE anunció la convocatoria del pleno en el que se sometería al voto de la oposición y abriría así el proceso para que el presupuesto municipal se aprobase.
negociación fallida
Días antes ya había lanzado a los socialistas un ultimátum, en el que les urgía a llegar a un acuerdo bajo la advertencia de que de no producirse la cuestión de confianza sería una realidad.
La negociación con el PSOE, estancada durante meses, volvía a tomar impulso a finales de año, pero la filtración de un encuentro privado entre la antigua líder del grupo municipal, Mar Barcón, y Ferreiro desencadenó una sucesión de dimisiones socialistas –las de José Manuel Dapena y la propia Barcón– que volvió a frenar las conversaciones. Aun así, una reunión maratoniana con representantes del PSOE local hizo que se llegase a anunciar un principio de acuerdo que apenas duró unas horas, las justas antes de que se produjese un cruce de acusaciones con el que se dio por terminado el entendimiento entre los dos grupos.
Con la cuestión de confianza como recurso efectivo para hacer valer su propuesta de presupuesto municipal, el alcalde se sometió el 4 de febrero al escrutinio de la oposición, que le denegó su apoyo. Se abrió entonces el plazo de un mes para dar la oportunidad al resto de los grupos de presentar una moción de censura que, según parece, no va a llegar. Superado este trámite, las cuentas de la ciudad quedarán aprobadas inicialmente de forma automática.
Tanto al PSOE como al PP les quedan unas horas para unirse con el fin de derrocar a la Marea del poder municipal y frenar los presupuestos, pero el progresivo alejamiento de las formaciones hace casi imposible esta opción.
Si el pasado 16 de febrero los representantes de uno y otro partido se reunieron con el rescate de la ciudad como tema de trasfondo, no se llegó a hablar directamente de acercar posturas para llevar a cabo la moción de censura. Tras este encuentro no hubo noticias de más acercamientos entre ambos partidos; una falta de contactos que coincide con una escalada de críticas hacia la gestión del Gobierno local, especialmente por parte de los populares. Este mismo viernes, con el margen para presentar la moción de censura a punto de agotarse, el PP, a través de su secretario xeral, Miguel Tellado, acusó directamente a los socialistas de contribuir a que Xulio Ferreiro siga al frente de la Alcaldía.
En este marco, las cuentas de la Marea van camino de convertirse en oficiales.