Manuel Caeiro extiende su arte más allá de la galería en Vilaseco Hauser

Manuel Caeiro extiende su arte más allá de la galería en Vilaseco Hauser
el artista manuel caeiro creó las obras en función del espacio de la calle de padre feijóo patricia g. fraga

Como si su pincel fuera en realidad un conjunto de piezas Lego, el artista Manuel Caeiro deconstruye la realidad para reconstruirla a su manera e invita al resto a que la continúen con la mente y de forma poética. Para que otro coja el testigo y extienda la obra haciéndola escultura o arquitectura.

para el artista, la pintura es una prolongación de la calle que el público puede completar

En este sentido, el portugués dice que piensa igual que pinta. De una manera racional y ordenada. La galería Vilaseco Hauser inaugura hoy a las 20.30 la exposición “Amazing full emptiness”, que fue creada ex profeso para el espacio. Él la levantó utilizando elementos que se usan en las obras. Ante las que nadie se detiene pero que todos conocen. Para aproximar de alguna forma el arte a la mirada ajena. Que no frecuenta galerías. E invitarle a su juego de pequeñas realidades. Es por eso que sus lienzos están vivos. Y caminan. Sobre terrenos conocidos. Para que el curioso los sienta cercanos.

Es entonces cuando una vez se encuentra en su salsa, el público completa el discurso y la pintura de Caeiro tiene sentido. Cuenta el artista que nunca comete el delito de premeditar lo que va a hacer. Las obras saltan solas a la palestra y son ellas las que le dicen que ya están listas para echar a andar.

Comenta que suele hacer uso de los elementos de construcción porque le ayudan a enfatizar el mensaje que no es otro que el de un conjunto de posibles realidades. Donde unos cuadros se alimentan de los otros y entre todos cierran un menú que se puede degustar sobre las paredes blancas de la galería. En una fiesta en la que las sombras también tienen que decir. Y cada uno elige cómo acabar el cuento.

 

cabañas y palacios

Su historia respira de la calle. Él la atrapa y le pone un coto cuadrado. Como todo lo que ingenia con el pincel es más que conocido, su pintura tiene una vertiente social: “Cuando la miras siempre te acuerdas de algo que has vivido”. Para enfrentarse todos los días al reto de convertir cabañas de pescadores en palacios sin recursos.

Dice que no busca un objetivo educativo pero cree que lo que hace puede despertar otros sentidos. Por eso, Caeiro pretende acercar su arte a los que piensan que nunca lo van a entender. En un proceso que no termina y que comienza como quien levanta una casa. Nunca va antes el tejado que los cimientos.

Y en cualquier caso, lo que aparece primero pasa por una serie de repintes y rediseños, al que Manuel suma los accidentes que la hacen única. Que se adosan como pequeñas informaciones complementarias junto a las vallas. Y la espontaneidad acaba por agruparse alrededor de un discurso formal que tiene muchas más cosas que decir que el que crea con una chuleta en la mano.

Manuel Caeiro extiende su arte más allá de la galería en Vilaseco Hauser

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