La madre acusada de maltratar a su hija discapacitada no irá a prisión

Ya la Fiscalía en su escrito provisional de acusación señalaba, al hablar del caso de una madre de A Laracha procesada por someter a malos tratos a una de sus hijas, menor y discapacitada, que también la mujer tenía problemas de madurez.
Ese “retraso mental” al que se aludía en el informe del fiscal se recoge también en la sentencia que acaba de dictar el juzgado de penal 5 tras una conformidad de acusación y defensa; en ella se tiene en cuenta el estado de “enajenación mental” de la progenitora, lo que sirve para rebajar de forma notable la pena a la que se enfrentaba. Tanto, que si en un principio se pedían para ella cerca de seis años de reclusión, el dictamen le impone seis meses, una condena que la mujer podrá eludir al carecer de antecedentes penales. A ello se suma la imposición de trabajos en beneficio de la comunidad, un mes por cada uno de los cuatro episodios violentos contra su hija que se recogen en el apartado de hechos probados, y una medida de alejamiento de la niña vigente durante tres años y medio. También, el pago de 30.000 euros en favor de la niña, a modo de indemnización.

quemaduras
La sentencia toma como cierto lo que se destapó a raíz de una visita de la menor al médico, en mayo de 2011,por golpes en la cara y el cuerpo. Fue entonces cuando la Xunta activó el protocolo administrativo de acogimiento de la pequeña, que en aquella fecha tenía 11 años, y salieron a la luz otros tres incidentes, en los que la madre pegó a la hija con una escoba o, en una ocasión, le causó quemaduras.
La resolución culpa a la mujer  de un delito de malos tratos habituales y cuatro de lesiones, perpetrados todos ellos con alevosía, pero a punto seguido pone en contexto los hechos. Como se pone de manifiesto, también ella sufría un retraso mental “leve”, “con pocos recursos para resolver situaciones complejas que se le pudieran presentar en la vida”. También afectaba, según el dictamen, a sus capacidades y su voluntad, “de manera que aunque tenía inteligencia suficiente para valorar como malas acciones de maltrato (...) no valora la extensión de los resultados”.
En la resolución se hace notar también el momento en que la niña empezó a ser víctima de los episodios violentos: fue tras fallecer la madre de la acusada, que le ayudaba a cuidar de sus tres hijos, y después de que el abuelo de los menores se marchara de casa. Según se indica, la mujer convivía con su pareja, pero debido a su trabajo no contaba con “excesiva ayuda de su parte”. “En esta situación y agobiada por el peso del cuidado de los menores prácticamente en soledad, comenzó a maltratar físicamente de manera continua su hija, a la que también dejó de atender debidamente en cuestiones básicas como la alimentación y la higiene”, concluye.

La madre acusada de maltratar a su hija discapacitada no irá a prisión

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