Los “veteranos” de la playa extreman sus precauciones a raíz de la tragedia

Los “veteranos” de la playa extreman sus precauciones a raíz de la tragedia
tragedia orzán

El cese a la alerta amarilla en el mar y el sol que brilló durante todo el día de ayer sirvieron de aliciente para que los habituales volviesen a las playas de la ciudad. Incluso en la zona del Orzán, donde todavía se mantiene activo el dispositivo de búsqueda de los policías y el joven desaparecidos el pasado viernes y la mayor parte de los accesos están cerrados. Algunos se atrevieron, como hacen a diario a desafiar el frío reinante –no convienen olvidar que se registraron mínimas de tres grados– y volvieron a sacar el bañador para tomar el sol e, incluso, darse un chapuzón.

Este es el caso de \“el Gallo\” del Matadero que ha vuelto a su rutina diaria. Aunque, el más conocido personaje de los arenales de la ciudad presentaba ayer un aspecto diferente al de otros días. Vestido con un chaleco salvavidas y portando unas gafas de buceo en la cabeza, el septuagenario vecino de Ordes, tomó varios baños.

Pese a que los accesos están precintados, media docena de bañistas disfrutaban ayer de las frías aguas

Parece evidente que la tragedia del Orzán ha calado muy hondo en este habitual de la playa, que hace unos pocos meses también comprobó en sus propias carnes lo traicioneras que pueden ser las aguas de la ensenada herculina. Aunque entonces el suceso se produjo porque el propio bañista comenzó a sentirse indispuesto y sin fuerzas para volver a la orilla. La rápida actuación de las personas que se encontraban en la playa en aquel momento evitó que el Orzán viviese un nuevo hecho trágico en pocos meses.

Ahora, parece que \“el Gallo\” ha tomado buena nota de su propia experiencia y de los acontecido el viernes y está decidido a emplear el chaleco salvavidas cada vez que se meta en el mar.

Mojarse los pies > Menos preparado, pero con las mismas cautelas, otro grupo de bañistas habituales se parapetaban en las rocas de Riazor. La mayor parte de ellos se limitó a mojarse los pies, aunque el estado del mar –liso con un plato y con apenas olas– invitaba a zambullirse.

La presencia de los bañistas es un síntoma de que la normalidad vuelve poco a poco a los arenales coruñeses, pese a que en los próximos días se prevé un nuevo empeoramiento de las condiciones marítimas.

Los “veteranos” de la playa extreman sus precauciones a raíz de la tragedia

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