Los vecinos responden a la llamada de las ONG y acuden a su fiesta de la convivencia

Los vecinos responden a la llamada de las ONG y acuden a su fiesta de la convivencia
hasna, procedente de marruecos, realiza un tatuaje de henna quintana

 Los jardines de Méndez Núñez fueron ayer el escenario de una auténtica fiesta, y además una fiesta internacional con personas y actividades de diferentes partes del mundo, y es que se celebraba una jornada de convivencia en la que participaban las ONG de la ciudad que trabajan con colectivos de inmigrantes o en países del tercer mundo. En total, más de 14 organizaciones sin ánimo de lucro que crearon talleres de todo tipo para niños y mayores y consiguieron atraer la atención de los coruñeses que por momentos llenaron la plaza.

Uno de los puestos que más llamó la atención fue el de Hasna, una chica procedente de Marruecos que se dedicó a hacer tatuajes de henna a cualquiera que pasara por la carpa de Ecos do Sur, una de las entidades participantes. Así, las mujeres que se querían ir marcadas para casa aprendían que en los países árabes solo las chicas solteras se pintan las manos, puesto que para las casadas se reservan los pies. Y mientras las madres se ponían guapas con Hasna, los más pequeños de la familia podían participar en un taller de globoflexia o pintarse la cara con sus animales favoritos sin ni siquiera cambiar de carpa.

Pero si se cruzaba al otro lado del pasillo, se encontraba uno de los stands más animados, el de la Fundación Entreculturas, con música de fondo para sus actividades mientras no comenzaban las actuaciones sobre el escenario. Allí también se ofrecieron varios talleres de malabares y manualidades que enseñaban a crear posavasos y pompones.

Pero sin lugar a dudas lo que más gusta a los coruñeses en un evento de este tipo es la comida y por ello Semilla para el cambio fue uno de los puestos más visitados ya que a partir de las cuatro y media de la tarde ofreció una pequeña degustación de cocina hindú. Los que allí acudieron pudieron probar la samosa –una especie de empanadilla rellena de verduras– y el té chai.

Semilla par el cambio fue una de las entidades más activas con sesiones de maquillaje hindú y de cómo vestir un sari, talleres de mandalas, exposición de artesanía y sesión de cuentacuentos, todo ello relacionado con la India porque es el país con el que colaboran. La organización nació en A Coruña en 2009 y desde entonces lucha por escolarizar a niños de la región india de Varanasi que se dedican a recoger basura. Además, de educación se les da el almuerzo y la comida y asistencia médica.

 

Recursos > Pese a nacer en plena crisis, aseguran llevar bien las cuentas de la entidad porque principalmente trabajan con fondos privados. No todas las ONG tienen tanta suerte. Algunas afirman estar notando una reducción de las donaciones y lo que es peor, de las colaboraciones de la administración pública. Natalia Monje, de Ecos do Sur, denuncia que el Gobierno central ha anulado el fondo de integración para inmigración que se hacía llegar a las entidades a través de las Comunidades Autónomas y que estaba dotado con más de 60 millones de euros. Por esta reducción de ingresos la agrupación se ha visto obligada a reorientar su estrategia y apostar por la captación de socios para atender –por doce euros al año– a los más de 8.000 usuarios que tienen en la ciudad.

Y qué mejor ocasión para ello que la de ayer. Es en este tipo de encuentros cuando las asociaciones benéficas se dan a conocer y presentan sus trabajos. Como el que diseñó Intervida sobre los derechos de la infancia que ganó el apartado de formulación de proyectos del programa de convivencia organizado por la Obra Social de la CAM, que patrocinaba esta jornada.

Y mientras todo esto sucedía en la plaza, sobre el escenario actuaban desde las 11.30 de la mañana distintos grupos de música. Los primeros fueron los ecuatorianos asociados a Amespa seguidos por bailes al estilo Bollywood y danzas del este rusas, ucranianas y georgianas. También hubo momentos para el folclore boliviano, los mariachis y la percusión africana. Precisamente fue el grupo de afropercusión Domou el que dio inicio a las actividades con un pasacalles desde María Pita hasta los jardines, mientras que el grupo gallego Tiruleque cerró el día.

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